Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Augurios

«Malos augurios, porque la presidencia de la Mesa del Parlament -Laura Borràs, de Junts: presidenta de parte que solo representa al secesionismo- no anuncia nada nuevo ni bueno»

Laura Borràs, en una imagen reciente EFE

Miquel Porta Perales

Malos augurios en Cataluña. En el mejor de los casos, todo seguirá igual. El efecto Illa se ha diluido, ERC se pliega a los deseos de Junts por falta de coraje y miedo a la repetición electoral, y Carles Puigdemont y Laura Borràs siguen encerrados en su particular castillo de Cardona -último bastión de 1714- desde donde lanzan la tradicional soflama independentista. Conviene insistir: la puerta del castillo independentista está protegida por los maulets -partisanos austracistas en la Guerra de Sucesión- de ERC con Pere Aragonès al frente.

Malos augurios, porque la presidencia de la Mesa del Parlament -Laura Borràs, de Junts: presidenta de parte que solo representa al secesionismo- no anuncia nada nuevo ni bueno. Lo contrario es cierto. Lo de siempre: que si la represión del Estado, que si la falta de normalidad democrática, que si los presos políticos y los exiliados, que si el Parlament es soberano, que si el mandato del 14-F, que si la injerencia de la Justicia, que si avanzar en el camino de la independencia. Mucha retórica, ciertamente. Concretando: ¿qué puede ocurrir durante los primeros meses de la presente legislatura? Si tenemos en cuenta que Junts juega fuerte -esa es su baza para recuperar la hegemonía independentista perdida- y que Laura Borràs puede ser finalmente imputada por los delitos de falsedad documental, fraude administrativo, prevaricación y malversación de caudales públicos; si tenemos en cuenta eso, no sería de extrañar que la presidencia del Parlament, a la manera de Carme Forcadell, forzara la deslealtad y la desobediencia abriendo el camino del referéndum ilegal. Camino que se vería cortado por la inhabilitación de Laura Borràs. Otro choque con el Estado, eso es lo que buscan desesperadamente. Y vuelta al victimismo, la judicialización de la política, la represión del Estado, la crispación del ambiente y la movilización callejera. Una puerta abierta a nuevas elecciones. O lo que es lo mismo, la puerta de la gestión sigue cerrada. Otra legislación perdida.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación