Gaudí a tamaño original y precio de oro

Si alguna vez se había preguntado cuánto costaría llevarse un pedazo de Antoni Gaudí a casa sin acabar en el cuartelillo por sisar un pedacito de trencadís del Park Güell o dañar alguna de las joyas patrimonio de la humanidad que el arquitecto legó a Barcelona, la editorial Artika ofrece una respuesta más o menos aproximada. A saber: 2.400 euros por cada uno de los 4.998 ejemplares que se han puesto en circulación de «Gaudí en primer plano», un libro de, sobra decirlo, edición limitada y lujo faraónico que, entre muchas otras cosas, incluye tres planos originales del arquitecto catalán.

Tres reproducciones a tamaño real que muestran la evolución de un Gaudí que pasó de diseñar un embarcadero como parte de un proyecto universitario en 1876 a proyectar la fachada ondulada de La Pedrera y de ahí a construir ese segundo cielo de la ciudad de Barcelona que es (o será, según se mire) la Sagrada Familia. Esos tres diseños (el embarcadero «Palacio-Castillo» de 1876 que nunca se construyó pero que anticipa parte de la casa Vicens, el plano original de la fachada de la Casa Milà-La Pedrera de 1906 y un plano de la Sagrada Familia y su entorno de 1916) son la guinda de una publicación que se presenta como una suerte de renacer del legado gaudiniano.

Para ello, además de recopilar 48 dibujos originales conservados de Gaudí por diferentes instituciones como la Cátedra Gaudí, la Sagrada Familia y diferentes archivos de Barcelona, Reus y León, «Gaudí en primer plano» reúne textos y escritos de especialistas como Joan Aicart, Chiara Curti, Jordi Faulí y Mireia Freixa. Una nueva mirada al inagotable universo creativo y referencial del arquitecto que ha requerido de más de una década de investigación, documentación y búsqueda entre miles de archivos dispersos. De ahí salen, por ejemplo, piezas valiosas como los diseños de la capilla de Colonia Güell, recreaciones de obras perdidas como su proyecto de pabellón para la Exposición Universal de Barcelona de 1888, o el documento con la petición para la construir la Sagrada Familia.

Según los responsables de la edición, las reproducciones permiten contemplar los dibujos tal y como los concedió Gaudí y recuperar la esencia de una manera de trabajar que se perdió en buena parte en 1936, cuando anarquistas de las FAI prendieron fuego al taller del arquitecto. Las llamas se encargaron del resto e hicieron desaparecer planos, dibujos y fotos originales y dañaron de forma casi irremediable muchas de las maquetas de yeso a escala.

De aquellas cenizas surge ahora un libro que no escatima en detalles y se presenta con un estuche-escultura realizado por uno de los escultores de la Sagrada Familia inspirado en una de las características chimeneas La Pedrera. A su vez, el libro que reúne los 48 dibujos se enmarca con tapas de hierro troqueladas con la letra G y guardas acabadas en relieve brillante que recuerdan el particular 'trencadís' gaudiniano.