La Fiscalía pide tres años de cárcel para el acosador de la ilustradora Paula Bonet
El individuo acechó a la artista en su taller de Barcelona y la amenazó en reiteradas ocasiones: «Como me cruce contigo voy a estrangularte y descuartizarte»
La ilustradora Paula Bonet denuncia el acoso que sufre pese a tener una orden de alejamiento
El calvario de la ilustradora Paula Bonet comenzó en julio de 2019, cuando un individuo que no conocía de nada comenzó a acecharla en el taller de Barcelona donde impartía clases de cerámica y pintura. Un buen día, el hombre, V.G.T., se le presentó y le dijo que que quería conocerla y abrazarla.
Bonet se extrañó y le pidió que se fuera, pero el hombre se abalanzó sobre ella y la abrazó, aunque ésta consiguió que abandonara el local. A partir de ese día, el individuo volvió en reiteradas ocasiones al mismo espacio, insistiendo en que quería conocer a la artista, llegando a permanecer durante horas en en lugar.
En una de esas ocasiones, una mañana de domingo, ya en enero de 2020, cuando Bonet se encontraba impartiendo clases a sus alumnas, V.G.T. comenzó a golpear la puerta de la entrada, pegó la cara contra el cristal y comenzó a besarlo. Allí se quedó hasta que unas horas después, una patrulla de los Mossos d'Esquadra , alertada por la artista, lo convenció para que se marchase.
El acoso del individuo no se limitó al taller de la artista, sino que se presentaba en charlas, conciertos, exposiciones o presentaciones de libros a los que acudía. Durante tres meses, también le envió diversos correos electrónicos, hasta que ella le pidió que dejara de hacerlo o lo denunciaría.
No paró. Pese a que el decreto del estado de alarma por la pandemia le impidió acosarla de forma presencial, continuó enviándole correos, y contactando con ella a través de redes sociales, canal por el que la amenazó en diversas ocasiones. «Más te vale no volver a pisar mi ciudad porque como me cruce contigo voy a estrangularte y descuartizarte para complacer a todos los miserables vagabundos que habitan las calles de Barcelona», fue uno de los mensajes.
«Clemencia a un violador»
«Verás que festín, dejaré los ojos para lo último», prosiguió el individuo. «Si lo prefieres puedes suplicar clemencia a este violador, acosador y psicópata; solamente serás violada hasta tu tercer y último aborto»; comentario que hacía alusión a que la víctima había sufrido dos abortos espontáneos.
Una vez desaparecieron las restricciones por el Covid, V.G.T. volvió a acechar a Bonet. Acudía al local, donde dejaba poemas y ramos de flores secas. Ante el constante acoso, la artista se trasladó a otro taller de la capital catalana , dejó de publicar contenido en redes sociales y dio instrucciones a sus alumnas para que la puerta del local estuviera siempre cerrada con un bote de gas-pimienta cerca. También instaló una alarma con cámara de vigilancia.
Dejó de caminar o ir en bicicleta para desplazarse, y lo hacía solo en coche o taxi. Todo ello con la intención de no encontrarse con su acosador. Fue en septiembre de 2020 cuando, finalmente, formalizó la denuncia y unos días después un juzgado emitió una orden de alejamiento de la víctima y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio, pero no valió de nada.
Prisión provisional
Por este motivo, en diciembre de ese año ingresó en prisión provisional, donde permaneció hasta febrero de 2021 pero, siete meses más tarde, volvió a presentarse en el taller de Bonet, en cuyo exterior permaneció durante horas. Llevaba flores en la mano y exigía hablar con ella, quien, angustiada, volvió a alertar a los Mossos .
Tras ello, un juez volvió a decretar el ingreso en la cárcel de V.G.T., donde se encuentra en la actualidad, y la víctima tuvo que comenzar un tratamiento psicológico por la ansiedad generada.
Este viernes, el individuo se sentará en el banquillo del Juzgado Penal 10 de Barcelona. La Fiscalía pide para él una pena de tres años de prisión por coacciones, amenazas y quebrantamiento de la orden de alejamiento, así como la prohibición de acercarse a Bonet a menos de 500 metros y de comunicarse con ella por cualquier medio durante cuatro años más de lo que dure la condena. También una indemnización de 10.000 euros por el daño moral .
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