Esperando que el TC haga el trabajo sucio

Cinco preguntas para entender qué puede pasar a partir de ahora en la política catalana

Un aspecto del pleno del Parlament, esta mañana AFP

El intrincado panorama político catalán, una batalla a múltiples niveles donde el combate más cruento se libra entre los propios partidos independentistas, complica aventurar escenarios que en buena forma vienen condicionados por las decisiones que adopte el Tribunal Constitucional en los próximos días. El informe que hoy emitirán los letrados del Parlament a petición de la Mesa para fijar plazos y calendario, y que en principio es lo que decidirá Roger Torrent, despejará un escenario lleno de incógnitas:

- ¿ Nuevo candidato antes de diez días? El plazo dado por el TC para que las distintas partes presenten alegaciones a la suspensión de la investidur de Puigdemont es la "ventana" que ERC cree que se ha abierto. La posibilidad de presentar un candidato "limpio" desencallaría la situación, persistir en la vía Puigdemont la prolongaría. El expresident sigue como único candidato

- ¿Hacia unas nuevas elecciones? Lo inédito de la situación hace que ni el reglamento del Parlament ni la ley de Presidencia de la Generalitat contemplen qué debe hacerse ahora. Si se atiende el precedente del "tamayazo" de 2003 en Madrid, y según dictamen del Consejo de Estado de ese momento, el plazo de dos meses para disolver la cámara y convocar elecciones si no hay investidura comienza a contar desde el momento que se constata que no hay candidato. No obstante, la suspensión ahora viene motivada por el TC, lo que lleva a pensar a que técnicamente, el reloj se para.

- ¿Acuerdo imposible? Tanto si el plazo de dos meses comienza a descontarse desde hoy (o mañana si se apura el último día para una primera investidura), como si se produce un aplazamiento atendiendo el calendario de alegaciones y confirmación de la suspensión del TC, la posibilidad de que haya nuevos comicios dependerá en última instancia de si los partidos soberanistas se ponen de acuerdo en un candidato alternativo.

- ¿Patada hacia adelante? La decisión adoptada por Torrent, en lo que ha sido la primera ocasión en la que ERC no supedita sus planes a los de JpC, no es más que una patada hacia adelante, un nuevo movimiento que aplaza la que debe ser la decisión inevitable: apartar a Puigdemont del camino y buscar una alternativa "elegible" o seguir por la vía del enfrentamiento.

- ¿Esperando que el TC haga el trabajo sucio? Como se afirma con sordina en medios políticos catalanes, o expresó el exlíder del PSOE Pérez Rubalcaba de manera abierta hace pocos días, cuaja la idea de que ERC, y parte del PDECat, están agotando los tiempos para que, en última instancia, sea el TC quien haga el trabajo sucio y aparte definitivamente a Puigdemont del camino. Sin llegar a desobedecer de manera abierta, como sí hizo Forcadell, Torrent y su partido podrán alegar que llegaron hasta el final. El escenario sigue abierto.

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