Carina Mejías - Tribuna Abierta

Ada Colau, ¿de alcaldesa ausente a estrella televisiva?

Una vez más la agenda personal de la alcaldesa se superpone a las prioridades de Barcelona

Barcelona está a punto de vivir una jornada muy complicada mañana si se llegan a cumplir las amenazas de los CDR y los GAAR de paralizar la ciudad, bloquear sus principales accesos y asaltar las instituciones.

La semana pasada le exigimos a la alcaldesa que garantizara la seguridad, la convivencia y la movilidad el 21D en la capital catalana, y le pedimos que condenara públicamente la violencia de los CDR. No solo no lo ha hecho, sino que como máxima responsable de seguridad en Barcelona, tampoco se ha dignado a explicar el dispositivo y la coordinación con el resto de fuerzas policiales. Le pidió al presidente del gobierno que no militarizara la ciudad pero no ha instado a los CDR a dejar las amenazas de disturbios.

Estamos ante un momento crítico para la ciudad con la celebración el Consejo de Ministros que se suma a los problemas de inseguridad, incivismo y a las quejas de restauradores y comerciantes ante la falta de respuesta de la alcaldesa. Lo cierto es que cuando más preocupada y ocupada debería estar la alcaldesa enviando mensajes de tranquilidad a los barceloneses, nos encontramos con que la noticia más importante es que presumiblemente anoche iba a asistir a la gala final de Operación Triunfo. Al cierre de este artículo no sabemos si irá o no, pero es lo menos trascendente. Nuestro problema no es OT, es un concurso de entretenimiento para la familia en el que se valora el esfuerzo y el talento. Nuestro problema es la alcaldesa ausente.

Lo importante es el fondo de la cuestión: una vez más la agenda personal de la alcaldesa se superpone a las prioridades de Barcelona. Hasta este momento no se ha dignado a hablar claro y alto del dispositivo de seguridad de mañana. Es como si Barcelona no fuera con ella, hasta tal punto que lo más trascendente es que va a asistir como público a un programa de televisión.

Definitivamente, si estuviéramos en un concurso de marketing personal, Colau llegaría a la final y ganaría casi con total seguridad. Pero si el premio fuera por su gestión municipal, habría sido eliminada en la gala 1. El problema es que es alcaldesa de una ciudad y nunca está cuando se la necesita. El problema es utilizar un cargo como trampolín personal.

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