El campo de Castilla y León pide en la calle ayudas para hacer frente a su «asfixia»
Unas 2.000 personas se manifiestan en Valladolid para pedir a Unión Europa, Gobierno y Junta apoyos ante la «catastrófica» situación
Un campo asfixiado por la sequía y los costes prevé una cosecha «castastrófica» en Castilla y León
El campo de Castilla y León ha salido este jueves a las calles para clamar ayudas frente a la sequía. En una movilización en «unidad de acción» convocada por las organizaciones profesionales agrarias Asaja, La Alianza UPA-COAG y UCCL (Unión de Campesinos de Castilla y León) ha reclamado fondos directos así como una flexibilización en la PAC para poder sobrevivir ante la situación de «asfixia» que están viviendo por el segundo año consecutivo de escasez, unido a unos costes de producción «disparados» que «no dan ni para cubrir costes».
El granero de España asume con resignación que está ante la «peor» cosecha que recuerdan en los últimos tiempos. Se quedarán, han lamentado, en entre dos y tres millones de toneladas, muy por debajo de los 6,5 millones que de media suelen dar las tierras de Castilla y León. Y después de que en 2022 lo recolectado apenas rozase los 5 millones de cereales.
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Exigen apoyo tanto de la Unión Europea, como del Gobierno de España, al que reprochan las «insuficientes» ayudas y trato «discriminatorio» a Castilla y León, como a la Administración autonómica, a la que recriminan que «no ha movido un dedo».
Unas 2.000 personas, según los convocantes y unas 1.200 según la Policía, llegadas de diferentes puntos de Castilla y León se han sumado a la a manifestación por el centro de Valladolid, entre la Delegación del Gobierno y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, donde tienen previsto registrar sendos documentos con sus reclamaciones. Y advierten, si no son atendidas sus reclamaciones, la de este jueves es sólo el «primer paso» en sus protestas por la «catastrófica» situación que viven y que ha dejado unas pérdidas de más de 2.000 millones de euros.
Exigen apoyos directos de al menos 1.000 millones de euros, «la mitad» de lo que no van a perder, aseveran.
