Sociedad

Las «víctimas» del fin del peaje de la AP-1

Además de los empleados de la autopista, unos 150 trabajadores dependen de negocios asentados en la nacional, que ahora están en el aire

El hostal que regenta García Molla se encuentra en la N-I a la altura de Pancorbo R. ORDÓÑEZ

Pedro Sedano

El 30 de noviembre finaliza la concesión del peaje de la AP-1. La vía se convertirá en una autopista más. Es el final de un contrato que fue prorrogado en dos ocasiones desde 1974, pero también una buena noticia para la plataforma que se creó hace ocho años pidiendo la liberalización del peaje.

Aunque la fecha estaba fijada desde hace años, parece una sorpresa para algunos. De hecho, los empresarios del corredor de la N-1, paralelo a la vía de peaje, ni siquiera se lo terminan de creer; y los propios miembros de la plataforma esperarán a las doce de la noche del 30 de noviembre para recorrer la autopista con sus vehículos y comprobar que las barreras están abiertas.

Los miembros de la plataforma defienden la subrogación de los contratos de los trabajadores de la AP-1. Su portavoz, Rafael Solaguren, reconoce que los negocios de la nacional se pueden ver perjudicados. Sin embargo, también recuerda que desde el primer comunicado de la plataforma, hace ocho años, se pedía que antes de eliminar el peaje la vía se hiciera más permeable, con nuevos accesos, lo que hubiera eliminado en parte el problema.

Incertidumbre

Lamenta no haber contado en estos años con los empresarios, con los que incluso ha habido algunas tensiones. La plataforma sigue reclamando el aumento de accesos a la vía de peaje y un tercer carril, para que la autopista pueda absorber el tráfico de la N-1 sin especiales problemas. En todo caso, recuerda que lo importante es reducir el volumen de vehículos, sobre todo camiones, por la carretera nacional porque «los accidentes cuestan vidas y eso es lo primero que hay que valorar» .

El final del peaje abre un periodo de incertidumbre para los empresarios de la N-1 entre Burgos y Miranda de Ebro. Sin duda los más afectados son los hosteleros. Su portavoz, Miguel Ángel García Molla, regenta un hostal con 18 trabajadores en Pancorbo y no sabe qué consecuencias tendrá la previsible caída del uso de la carretera nacional.

No es solamente un problema suyo, unos 150 puestos de trabajo directos y medio centenar indirectos dependen de negocios que ahora mismo están en el aire. A falta de unos días para el final del peaje, García Molla no termina de creérselo. «No están haciendo nada visible en la vía y las casetas del peaje siguen como siempre», afirma el portavoz de los empresarios de la N-1.

Peaje ubicado en Pancorbo que dejará de funcionar el 1 de diciembre R. ORDÓÑEZ

García Molla está convencido de que hay maneras de mantener el peaje sin perjudicar a los usuarios habituales. Cree que la densidad de vehículos de la nacional no podrá ser absorbida por la autopista, por la que podrían circular gratis los vecinos del corredor y usuarios habituales, mientras el pago del peaje del resto ayudaría a recaudar fondos para mejorar la vía.

Recuerda que hay más negocios perjudicados por el final del peaje, como las gasolineras de la carretera nacional, donde augura que habrá recortes de personal y, seguramente, algún cierre. Con todo reconoce que la situación de los trabajadores de la AP-1 es aún peor.

Los trabajadores

Los empleados de la autopista se han concentrado en dos ocasiones frente al Ministerio de Fomento en Madrid, reclamando al ministro, José Luis Ábalos, que les reciba y les dé explicaciones. Hasta ahora sólo tienen información informal de la posible subrogación de más de sesenta empleados que realizaban tareas de mantenimiento.

El portavoz del Comité de Empresa, Alberto Mateo, recuerda que el Ministerio envío un correo electrónico a la empresa concesionaria en la que apuntaba que se subrogaría el contrato de 62 trabajadores en la concesionaria del mantenimiento de la vía a partir de su liberalización. Sin embargo, ese e-mail nunca se ha confirmado con algún documento oficial. Además, los empleados piden que toda la plantilla actual sea recolocada o prejubilada de manera que ninguno quede en paro.

El representante de los trabajadores califica de «temeridad» que Fomento haya esperado tanto para contratar el mantenimiento de la AP-1, ya que las condiciones meteorológicas adversas que afectan a esta vía, más de la mitad del recorrido por encima de los 800 metros de altitud, requieren un tratamiento de actuaciones de equipos de vialidad invernal. Considera que la inacción del Ministerio es una tomadura de pelo a los trabajadores, pero también una «negligencia» para los más de 19.000 usuarios diarios.

Mateo critica, además, a la postura en este asunto de la Junta de Castilla y León, que considera que «guarda silencio» , y pide «el mismo respeto que cualquier otro trabajador», porque la Junta «sí defendió» los puestos de trabajo de empresas como Vestas, en León, o Gamesa, en Miranda de Ebro (Burgos).

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