Agricultura
Vendimia adelantada, más escasa y de mayor calidad por la sequía y las heladas
Varias de las trece denominaciones ya han comenzado a recoger la uva, con mermas de hasta el 60% en la producción
La pertinaz sequía, el temprano y elevado calor, las heladas tardías y fuertes ya entrada la primavera y el granizo no han dejado indiferentes a las vides y están ya marcando una vendimia que llega adelantada para las trece denominaciones de origen de Castilla y León. Aunque será al final de la recogida cuando las básculas de las bodegas marquen sentencia, lo cierto es que la mayoría asumen que éste será un año con merma en las producciones, marcadas por los extremos meteorológicos. Aunque varía de unas a otras, la mengua en alguna puede superar el 50%. La contrapartida a esa menor cantidad, la confianza en que los vinos que salgan serán de mayor calidad.
La última DO en sumarse a la máxima categoría de los vinos de calidad, Cebreros, ha sido la primera en entrar entre vides a por los frutos. Ya están en bodega unos 37.000 kilos de la variedad albillo, la autóctona de esta zona abulense, y ahora se centra en la garnacha. «Con ganas y emocionados» afrontan su primera vendimia, aún sin previsión de cuánto recogerán, aunque con la estimación de que sea «menos» de lo previsto, sobre todo por las heladas de marzo y mayo y la granizada del 7 de julio.
Y dos semanas de adelanto sobre temporadas anteriores lleva la vendimia en una de las grandes denominaciones como Rueda. Con la campaña más madrugadora de los últimos veinte años, ya han empezado a llegar a alguna de sus 70 bodegas los racimos de las variedades más tempranas, aunque habrá que aguardar unos días para que comience el grueso, con el verdejo, la autóctona de la reina de los blancos. Ya rozando octubre esperan haber recogido de sus 14.000 hectáreas unos 90 ó 100 millones de kilos de uva, frente a los 110 alcanzados en 2016, un 14% menos.
También madrugadora ha sido la vendimia en la DO Bierzo, donde desde mediados de mes llevan recogiendo las uvas de una campaña con una «merma importante» de hasta un 60% respecto a lo habitual, de modo que caerá hasta a entre seis y ocho millones de kilos. Y todo en un año «complicado» debido a las heladas de primavera y el granizo, unido a la escasez de lluvias, que dañaron el viñedo.
Las variedades más tempranas han comenzado a despedirse también de las cepas en Sierra de Salamanca. El 17 de agosto lo hicieron las primeras, cuando lo habitual es comenzar en torno al 5 de septiembre. Ya desde comienzos de año, el calor adelantado apuntaba a una vendimia temprana. Eso, unido a la escasa lluvia y a que el año pasado fue bueno, tiene como resultado racimos y uvas más pequeñas. Aunque la mayor superficie de viñedo esta campaña (de 105 a 110 hectáreas) suplirá la merma y esperan alcanzar los 300.000 ó 350.000 kilos de uva, con una calidad buena.
Con adelanto también en Arribes ha comenzado el trasiego en una bodega, aunque esperan que sea entre el 5 y el 10 de septiembre cuando se generalice una vendimia en la que estiman una «ligera merma», del millón de kilos a los 800.000 entre las 300 hectáreas. Uvas más pequeñas, con menor peso y más concentradas para las 17 bodegas.
Ya para la primera semana de septiembre confían en entrar entre majuelos en Cigales, donde además del déficit hídrico que está afectando a las plantas sufren los efectos de las heladas, por lo que asumen una «merma» respecto a otros años, en los que se han alcanzado unos ocho millones de kilos.
Si lo habitual es que los primeros racimos se corten el 25 de septiembre, este año será unos 10 ó 15 días antes en Toro, donde tampoco escapan a la mengua, que calculan en un 20 ó 30%, tras un 2016 de récord en el que se superaron los 23 millones de kilos en las 62 bodegas. Eso sí, las 5.400 hectáreas presentan una calidad «estupenda», pese a sufrir la sequía y las heladas.
En torno al 10, también con algo de premura, se preparan para la época más esperada en Tierra de León, donde tampoco serán ajenos a la pérdida. Entre un 50 y 55% ya estiman, aunque «es pronto todavía». Unas 1.400 hectáreas que este año no pasarán de los dos millones uva frente a los 4,5 del pasado, además con una «maduración muy desigual» fruto del rebrote tras las intensas heladas.
Y aún restan unos días para que la DO más grande de la Comunidad, Ribera del Duero, comience con el trasiego de las viñas a las bodegas. Aunque es «pronto» para aventurar una fecha, lo cierto es que el envero de los frutos comentó con unos 10 o 12 de adelanto, por lo que la vendimia también podrá hacerlo, de modo que a mediados de septiembre podrían empezar a coger los primeros racimos. A la espera de cómo puedan evolucionar las temperaturas y las lluvias, lo que dan por sentado es que este año la cosecha será «inferior», lo que «jugará a favor de la calidad». Las fuertes heladas de primavera hicieron gran daño en la denominación, pero algunas yemas pudieron rebrotar, recuperando racimos, pero dejando una situación «irregular».
También para mediados de septiembre, aunque pendientes del cielo, y con un ligero adelanto de una semana, se prevé que se inicie la actividad en Tierra del Vino de Zamora, con «bastante menos» cantidad, sobre todo por las heladas, que afectaron «al cien por cien» de las casi 700 parcelas. Aunque aún es pronto para calcular, estiman que en lugar del 1,1 millones de kilos se quedarán en los 900.000 para las diez bodegas
En esas mismas fechas y unos quince días antes de lo habitual, comenzarán con las variedades blancas en Valtiendas, afrontando el grueso hacia el 28. Esperan llegar a los 250.000 kilos de uva en la pequeña denominación segoviana, con 70 hectáreas de viñedo y seis bodegas. Es de las pocas que más allá la escasez de agua se libró de otras inclemencias. También de las últimas en entrar a recoger el fruto, Arlanza, donde el hielo sí hizo estragos y prevén que la merma roce el 50% de la producción, que el año pasado se quedó en 1,4 millones de kilos.
