El valor de la Semana Santa

Todos los datos apuntan a que la Semana Santa de este año en Castilla y León ha sido espectacular desde el punto de vista turístico y económico. La Comunidad se ha confirmado como centro de atracción del turismo de interior gracias las celebraciones de la Semana de Pasión y a la importante red de casas de turismo rural, que cada vez son un gran atractivo para quienes buscan la tranquilidad del medio rural y de los espacios naturales. Tenemos aquí dos elementos a preservar porque son una fuente económica fundamental para una región en la que el turismo supera el 10% del PIB y con tendencia al alza.

Castilla y León exhibe ocho celebraciones declaradas de Interés Turístico Internacional, lo que da idea de la importancia de las mismas.

Personalmente creo que esta declaración ya no es referencia de valor, porque los criterios para lograrla se han relajado hasta extremos sorprendentes. Lo que sí es un hecho es que nuestras celebraciones con declaración o sin ella, aúnan los componentes de religiosidad, fervor, tradición popular, autenticidad y patrimonio que hay que mantener intentando huir de la contaminación sureña que, es cierto que puede ser atractiva, pero allí, en aquella tierra que tan bien sabe representar y cuidar su Semana Santa.

Castilla y León no necesita aires nuevos para la celebración, si por tales entendemos copiar lo que otros hacen. Lo que sí necesita es poner en valor lo que aquí tenemos e incluso llegar a hacer de ella un medio de vida, pues son muchas las cofradías y muchos los enseres y necesidades para ponerlas en la calle. Aquí hay un camino para los emprendedores que podría completar el círculo de valor de una Semana Santa que seguirá siendo importante si sabemos cuidarla, preservar el origen y el valor de lo que en ella se representa. Las calles llenas de público son la mejor reválida. No deberíamos dejar que solo durara una semana.