Empresa de logística «La exclusiva», impulsada en Soria por Silvia Tortosa y Víctor Hugo Núñez Francés
Empresa de logística «La exclusiva», impulsada en Soria por Silvia Tortosa y Víctor Hugo Núñez Francés - ICAL
Sociedad

Tres ejemplos de que la lucha contra la despoblación es posible

La empresa de logística «La Exclusiva», las ayudas de La Pernía (Palencia) para no perder el colegio y el proyecto de integración de Mayorga y Villalar de Campos son iniciativas que suman vecinos y mejoran la calidad de vida

Valladolid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llevamos «muchos años hablando de despoblación», haciéndonos la pregunta de «¿qué se puede hacer?» para plantarle cara, reflexionaba ayer el consejero de Empleo, Carlos Fernández Carriedo. Y la respuesta podría estar fuera de los despachos o de los foros oficiales en los que se limita el debate a que «las cosas están mal», y la tendrían los que sufren el abandono rural, los propios pueblos, donde tras décadas de lucha para evitar que sus vecinos emigraran a la ciudad se han desarrollado iniciativas para mantener residentes. Con una «herida demográfica más profunda» e histórica que en otras regiones, Castilla y León acumula pequeños gestos anónimos que por sí solos no provocan el cambio pero que ponen sobre la mesa vías de actuación posibles.

Algunas de estas soluciones dejaron ayer de ser anónimas con unas jornadas sobre «Buenas Prácticas Demográficas para fijar población» organizada por la Consejería de Empleo en las que subieron al estrado personas que «han hecho algo positivo» por los pueblos y han aportado su granito de arena a la causa, ya sea aumentando el censo de un pueblo o manteniendo en él un nivel de vida aceptable, explicó Carriedo.

A éste último supuesto ha contribuido una empresa llamada La Exclusiva y radicada en Soria. Hace años tenía «tiendecitas» en pequeños municipios pero con la crisis fueron insostenibles y cerraron. Ante esta situación los vecinos les pidieron que les llevaran la compra a domicilio y su negocio derivó en la prestación de servicios a estos supervivientes de lo rural, la mayoría mayores, que se quedaban sin abastecimiento. A ellos les llevan la comida, les ayudan a colocarla y si hace falta se les cambia una bombilla, se les lleva la prensa o se les contrata obras de carpintería, explicó una de las socias, Victoria Tortosa.

«Estamos consiguiendo que se puedan quedar en sus pueblos a vivir»

El municipio palentino de la Pernía tenía este curso el riesgo de perder el centro escolar por falta de alumnos y ofreció trabajo y casa a un familia con al menos dos hijos. 600 solicitudes recibieron, de entre las que eligieron a unos gerundenses que querían «un cambio» y está ahora «muy contenta». Así lo explicaba la madre de los dos nuevos alumnos del pueblo, Adara Díaz.

El tercero de los casos mostrados ayer es el de la integración. Dos municipios vallisoletanos, Mayorga y Villalón de Campos, cuentan en su censo con una amplia comunidad inmigrante y se han convertido en «ejemplos» de convivencia y de cómo todos pueden ganar cuando las puertas de una casa se abren a cualquier pasaporte. Así lo contó Magdalena Stoenoaia, procedente de Rumanía, que hace quince años que dejó su país. Como muchos españoles, ella vio con la crisis cómo su negocio entró en quiebra, pero siguió en Villalón y ahora se encarga de la limpieza de la casa parroquial, algo que ve con «orgullo» en parte por lo vinculada que está su labor a la vida del que ya considera su hogar. «Mi hija es más española que rumana» tras tantos años en Castilla y León, donde -dice- siempre se les prestó «ayuda».

Ver los comentarios