Silván y Majo negocian quién de los dos debe liderar la candidatura del PP de León

Con las brasas aún encendidas por el fuego de las «primarias» en el PP de Castilla y León y la consiguiente victoria y proclamación como presidente del partido de Alfonso Fernández Mañueco, algunas provincias ya cogen el fuelle para avivar los congresos provinciales que se tendrán que celebrar antes de verano. Lo más sorprendente es lo que está ocurriendo estas últimas horas en la provincia de León. La salida de Eduardo Fernández de la Presidencia del PP era obligada, ya que desde el pasado Congreso Nacional en Madrid es incompatible ser presidente y diputado, cargos que ocupa actualmente. De hecho, Mañueco quiso «salvarle» nombrándole como vocal por designación del presidente, a sabiendas de que su futuro en el PP de León tenía fecha de caducidad.

Todas las miradas estaban puestas en Antonio Silván, máxime cuando el propio Mariano Rajoy, que no escatimó en elogios el pasado sábado, le pidió que una vez que ha perdido las primarias se centre en el Ayuntamiento y en el PP de León. Pese a ello, según ha podido contrastar ABC, el presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, también tendría intención de lanzarse al ruedo, viéndose respaldado por los afiliados y por los presidentes comarcales, que, a su vez, son diputados. Personas cercanas a ambos aseguran que «tendrán que entenderse» y que finalmente «deberán ir juntos» porque es «impensable» que un «eje» que está funcionando se convierta ahora en un enfrentamiento. Al parecer, falta una conversación entre ambos para definir cómo será esa candidatura y quién tendría que presidirla, pero a todas luces parece difícil que ambos se vean en unas primarias. No hay que olvidar que el tándem Silván-Majo ha permitido que tanto desde un punto de vista institucional como de partido las aguas estén tranquilas en León.

Otras fuentes, apuntan a que si la opción es el alcalde de León, podría ocurrir que una tercera vía concurriera en este proceso. Se trata de Ricardo Gavilanes, quien fuera concejal en la anterior legislatura y del denominado sector «carrasquista» (Isabel Carrasco) y con el que no contó Silván cuando fue nombrado alcalde.

Las otras provincias

Respecto al resto de provincias, dos son las organizaciones donde a día de hoy y si no cambian mucho las cosas se podrían celebrar primarias, arrastradas por una fuerte división interna. El caso más claro es el de Valladolid, donde las dos corrientes existentes cada día están más enfrentadas. Aunque los posibles candidatos tendrán que esperar a que se convoquen los congresos para anunciarlo, es «vox populi» que tanto el actual presidente de la Diputación de Valladolid y secretario provincial del PP, Jesús Julio Carnero, y el joven concejal del Ayuntamiento Borja García Carvajal darían el paso una vez que el actual presidente del partido, Ramiro Ruiz Medrano, comunicará su adiós definitivo.

Dos perfiles completamente distintos (experiencia en la gestión y veteranía frente a juventud) que marcan, sin duda, un proceso con pocos visos de entendimiento. Ambos tratan de buscar apoyos estos días entre alcaldes y cargos provinciales, si bien es verdad que tras el Congreso regional del PP, los cercanos a Carvajal se ven más seguros con Mañueco al frente del PP regional, ya que fueron parte importante en el buen resultado que el salmantino obtuvo en Valladolid. Fuentes del PP, creen que la dilatada trayectoria de Carnero y su cercanía a la provincia le haría ganar esta «contienda» sin problemas, aunque admiten que sería un gran obstáculo que el nuevo «aparato» regional esté más cercano a la otra candidatura apoyada fundamentalmente por afiliados de Nuevas Generaciones y alcaldes de municipios intermedios. La tensión es tal, que en el Congreso regional hubo sus más y sus menos entre Carnero y Medrano con Mañueco por la cuota de Valladolid que incluyó en su Ejecutiva. Soria es otra provincia, donde el PP puede jugársela en unas primarias. Aunque allí la división no es tan clara como en Valladolid, la actual presidenta del PP, Mar Angulo, que parte con ventaja, podría tener como contrincante al que fuera su secretario provincial y expresidente de la Diputación de Soria, Antonio Pardo, retirado por sorpresa de la política hace dos años. Fuentes cercanas a Pardo confirman que es más que seguro que presentará su candidatura y que pese a no contar con el apoyo de la dirección regional (apoyó a Antonio Silván) y haber desaparecido de la política estos años se ve convencido de ganar.

Menos cambios se presuponen en provincias como Burgos y Salamanca, donde sus dos veteranos presidentes, César Rico y Javier Iglesias, repetirán en sus respectivos congresos. Salta la duda del actual secretario provincial de Burgos, el alcalde Javier Lacalle, que tras ser designado por Mañueco vicesecretario de Organización pudiera renunciar a seguir en el cargo para dedicarse más a su tarea regional en el PP. Quien también tenía previsto continuar es Francisco Vázquez en Segovia, pero su nombramiento como número dos de Mañueco ha trastocado los planes de la organización, que tendrá que buscar un candidato que concite el respaldo de la mayoría. Tampoco hay nada decidido aún en Zamora, la tierra de Fernando Martínez-Maillo, quien dejará su cargo a otra persona de su plena confianza aún por definir.

La gran incógnita está en el PP de Ávila. Antolín Sanz ya comunicó su deseo de no repetir e ir dejando poco a poco la política. Una decisión que en parte tomó tras el «golpe» sufrido por no poder nombrar a su candidato a la Diputación. Muchos nombres suenan para sustituirle en una provincia donde existen varias corrientes. Mientras tanto, la nueva dirección regional comienza ya a trabajar y mañana se reunirá Mañueco con los vicesecretarios para distribuir funciones mientras que el Comité Ejecutivo se dejará para después de Semana Santa.