Una de las características estampas de la Sierra de Francia (Salamanca) es la inmensidad de sus bancales o terrazas, paredes de roca que han servido durante generaciones para hacer uso de las laderas de las montañas y cultivar en ellas huertos o las tradicionales viñas de la zona.
Conocer estos bancales, en los pronunciados desniveles, y maridarlo con transparentes aguas, es posible en el sendero que lleva hasta la Cascada de La Palla y que se disfruta a cada paso.
Para llegar a ella hay distintas alternativas, en este caso seguimos la ruta, que parte desde las inmediaciones del Piélago. Concretamente, en la carretera dirección del municipio de Valero, a la altura de donde se unen Quilamas y río Alagón. En ese punto, en el arcén contrario a la ribera, sale el sendero.
Desde allí, entre bancales, parte un camino estrecho que merece la pena transitar. A unos tres kilómetros de su inicio, llega el punto desde el que se puede ver la cascada de la Palla , desde lo alto, que ofrece el torrente de agua especialmente en tiempos de lluvia.
Bajar hasta el arroyo y ver la caída de agua, es posible, pero, en este caso, no es un tramo fácil. Llegar a la cascada supone cierta complicación. Así es esta ruta, en tierras de Valero, un lugar del que disfrutar a cada paso.
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