Momento en que Lucía recibe la segunda dosis de la vacuna
Momento en que Lucía recibe la segunda dosis de la vacuna - ABC
Sociedad

El pulso de Lucía contra el cáncer

Una niña leonesa de siete años padece un tumor de tronco difuso inoperable del que es tratada en Madrid y Barcelona

León Actualizado: Guardar
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Lucía cree que es una princesa. Lucha contra el cáncer, esa enfermedad maldita que en los últimos meses la ha llevado de hospital en hospital, de tratamiento en tratamiento. Pero Lucía es valiente y a sus siete añitos pelea por ganar el pulso, se aferra con todas sus fuerzas a la vida y regala sonrisas en cada acto solidario que se organiza para ayudar a costear su tratamiento. Esos mismos que consiguen que la pequeña olvide por un momento su dolencia y se sienta un personaje de cuento. Sus padres, Luis Ángel y Nieves, la acompañan en esta aventura, auténticos guerreros dispuestos a hacer todo por su hija y tratar de pintar un final feliz a una historia que a finales de julio se convirtió en pesadilla.

La familia pasaba sus vacaciones en Asturias cuando percibieron un cambio en Lucía. El primer síntoma visible fue el estrabismo, pero pronto comenzó a dormirse, a babear y a presentar problemas al tragar. Ahí comenzaron las visitas al hospital. Siete u ocho consultas precedieron al diagnóstico para el que nunca nadie está preparado. Una resonancia desveló el problema. Lucía tenía un tumor de tronco difuso conocido como DIPG, un tipo de cáncer poco común, que afecta a niños y que, por su localización, impide emplear la cirugía. «Los pacientes fallecen pasados entre seis y doce meses», señala su padre.

Tras el mazazo inicial tocó reponerse. Dispuestos a cambiar el desenlace, Luis Ángel y Nieves lo han dado todo por su pequeña en este tiempo. El 16 de agosto estaban en Madrid. El primer paso fue un tratamiento con cortisonas en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Lucía mejoró y de ahí la derivaron al Gregorio Marañón para comenzar con la radioterapia. Las sesiones funcionaron bien. Hicieron falta 30, pero consiguieron que el tumor mermase mucho, entre un 60 y un 70 por ciento, cuando las perspectivas, según Luis Ángel, eran que no pasara del 40-50 por ciento. Fue el primer rayo de esperanza para la familia. El calvario no ha pasado, pero la buena respuesta de Lucía le ha permitido agarrarse a otra oportunidad.

El fondo Alicia Pueyo -creado por la familia de una niña con la misma enfermedad que Lucía que falleció en 2007- ha conseguido mejorar la investigación para luchar contra este tumor en colaboración con la Fundación Privada para la Investigación y Docencia Sant Joan de Deu. Y es en el hospital catalán del mismo nombre en el que Lucía está recibiendo actualmente tratamiento. En concreto, una vacuna experimental de la que ya le han inyectado la segunda dosis. Luis Ángel confía en que a partir de la tercera se comience a notar una mejoría, aunque por el momento, Lucía sigue «beneficiándose del tratamiento de radioterapia, que es el que sigue actuando y manteniéndola en un estado muy bueno», apunta. Después llegarán las dosis mensuales y las trimestrales, de recuerdo, acompañadas cada una de un análisis, una punción lumbar y una resonancia magnética. Un verdadero vía crucis que soportan con la esperanza de que la salud de Lucía mejore.

Lo peor son los desplazamientos, largos viajes entre su casa, en Trobajo del Camino (León), Madrid y Barcelona, a los que siguen esperas en salas, habitaciones de hospital y horas entre tubos y agujas, noches fuera y numerosos gastos. Lo mejor, la solidaridad de la gente que sin conocer a esta familia se ha volcado con ellos haciendo donaciones, trasladándoles mensajes de apoyo y organizando actos en los que la pequeña es la protagonista y se siente como dentro de un cuento. «Lucía cree que todo el mundo la quiere porque es una princesa, no porque esté enferma», dice su madre. Ojalá que, como en ellos, el tratamiento funcione y exista un final feliz.

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