Prisión preventiva para el acusado de violar y agredir a su expareja

La Audiencia de Valladolid ordenó este pasado martes prisión provisional, comunicada y sin fianza para un hombre, O.A., juzgado desde este pasado martes, como supuesto autor de violación, maltrato habitual, lesiones y vejaciones, por los que las acusaciones demandan 15 años de cárcel. Fue al concluir esta primera sesión del juicio, tras la declaración de acusado, la víctima por videoconferencia desde Bruselas, y peritos, cuando la fiscal reclamó la medida cautelar para el encausado, por peligro de fuga y riesgo de que pueda intentar influir en dos testigos que faltan por declarar.

Ante esta solicitud, a la que se adhirió la acusación particular y se opuso la defensa, el magistrado presidente del tribunal preguntó qué tenía que decir al encausado, quien respondió que podía presentarse hoy mismo.

Los hechos por los que se juzga al encausado, de origen marroquí y que tenía 28 años cuando ocurrieron los hechos, en 2014, sucedieron en Medina del Campo (Valladolid), cuando acusado y denunciante, de 25 años entonces y oriunda de Bélgica, se desplazaron como parezaa dicha localidad.

El procesad explicó que, después de vivir unos días en la calle, ambos residieron en casa de una conocida de él, y negó que hubiera violado, amenazado o golpeado a la víctima en la vivienda, salvó un empujón que le propinó en una ocasión. Sin embargo, la denunciante, que declaró asistida por un intérprete, manifestó que el encausado la maltrató, insultó, amenazó y golpeó en varias ocasiones, en la cara, el tronco, a veces con un cinturón y con un cable de cargador de móvil.

Ya en la casa, el supuesto autor la agarró por los brazos y obligó a tumbarse en el cuarto de baño del inmueble, donde la insultó, le dijo que tenía que quitarse la ropa y ella le manifestó que no quería, aunque él insistió y la penetró. Relató además que en otra ocasión el acusado se enfadó debido a que su compañera de piso y ella le habían dejado solo y, en la habitación principal, la empujó contra una ventana semiabierta. La joven acudió a un centro médico y después a la Policía a denunciar lo sucedido.

Una de las dos personas que actuaron como forenses apreció hematomas «muy evolucionados» y marcas longitudinales en la cara anterior de un muslo, causadas por un objeto compatible con un cable de teléfono, un cinturón u otro material alargado.