Ana Pedrero

Una mujer en la foto

«Siempre hubo una primera. Una mujer o un reducido grupo de mujeres rodeadas de hombres que iniciaron el camino, que posaron sin complejos por todas»

Con la llegada de la democracia nos pusimos en manos de las dictaduras de partido; al que se mueve lo sacan de la foto y todo vale para salir en la foto. Menos posar con hombres. La ministra Nadia Calviño escenificaba una 'Novia a la fuga'; amparada en ese sexismo que nos venden disfrazado de igualdad, que pretende imponer cuotas hasta en un posado. 

Marzo, 1990. Sesenta y tantos hombres y una mujer posan para Jesús de la Calle, el gran fotógrafo de prensa por cuya mirada pasó todo el siglo XX. Zamora rompía una tradición de siglos y por primera vez una mujer cargaba bajo un paso. Treinta y dos años después, son ya decenas las que abrazan la madera. Hermanas, iguales.

Intrahistoria local. Es un paso, pero podría ser un periódico, empresa, pista deportiva, plaza de toros, ministerio, teatro, juzgado, quirófano, universidad, cualquier ámbito de la vida. 

Siempre hubo una primera. Una mujer o un reducido grupo de mujeres rodeadas de hombres que iniciaron el camino, que posaron sin complejos por todas, nos dieron sitio, nos dieron alas.

No todas tuvieron una cámara enfrente, pero nos queda la memoria, la fuerza de quienes se partieron la cara para hacernos libres, iguales, visibles en el mundo. 

Este grupo de hermanos de carga podría ser un modelo de vida cuando todos, hombres y mujeres, echamos el paso a la vez; cuando todos sumamos, somos necesarios, arrimamos el hombro para llevar a nuestro Jesús con el único rasero de la medida, la estatura. De este esfuerzo conjunto, solidario, nace el equilibrio, la belleza.

Hombres y mujeres sostenemos sobre nuestros hombros el mundo, lo cargamos a las espaldas y sólo podremos avanzar por la vía del encuentro, acompasando ritmos. Ni un paso por delante, ni uno por detrás, mirando al frente. Juntos. Hay tanto por hacer, tanto, que me sobra el postureo y me parece un insulto a la inteligencia rechazar una foto por estar rodeada de hombres como si fuesen cuatreros. Imaginen que un hombre se negase posar con mujeres por el hecho de serlo.

En estos tiempos, lo fácil es que te saquen de la foto o quitarse de la foto para no hablar de lo que de verdad importa. Lo difícil, Nadia, fue, es, entrar en la foto. Y esta columna va por todas las mujeres que han posado rodeadas de hombres. Bravas.

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