Sucesos

«De mayor quiero ser guardia civil»

El agente de la Guardia Civil que salvó al pequeño Nino Emilov de morir ahogado en el Canal de Castilla mantiene un emotivo encuentro en Palencia con el niño

PALENCIA Actualizado: Guardar
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Una gran dosis de emoción y agradecimiento sincero presidió ayer el reencuentro entre el niño de 13 años que estuvo a punto de perder la vida el pasado jueves tras caer al Canal de Castilla y el agente de la Guardia Civil que lo rescató. La iniciativa de la cita había partido de la madre del pequeño, Ivalina Ninova Ivanova, para homenajear al «ángel de la guarda» del pequeño Nino Emilov, que no apartó la vista en ningún momento del agente de la Benemérita al que, según afirmó, siempre estará «muy agradecido». Ninguno de los dos quiere borrar de su memoria la que fue una historia con final feliz. Nada mejor que un regalo para recordarlo. Nino Emilov obsequió a «su salvador» con una enorme caja de bombones, mientras que el miembro de la Guardia Civil entregó al joven una «medalla de Tráfico».

Poco a poco, y tras unos primeros minutos algo fríos, fue surgiendo la complicidad entre ambos y pudieron intercambiar algunas confidencias. Nino explicó con detalle al agente qué es lo que estaba haciendo en el momento de la caída y el punto exacto del accidente. Unos datos que, sin embargo, prefirieron no revelar para evitar que casos como éste puedan repetirse.

«Me caí, había mucha corriente, me sujeté a una roca y esperé a que vinieran», contó tímidamente Nino. Un relato que coincide con el de Ricardo, el agente de la Guardia Civil que, sin dudarlo, se lanzó al Canal de Castilla para rescatarlo. La temperatura del agua era muy fría, por lo que cuando Ricardo encontró el pequeño, vecino de Villamuriel de Cerrato, estaba en leve estado de hipotermia además de «asustado y agarrado a una roca como un gatito», explicó el agente.

El incidente tuvo lugar el pasado 7 de enero cuando Nino jugaba con la bicicleta en el entorno del Canal de Castilla a la altura de Dueñas junto a un amigo. Fue éste el que dio la voz de alarma y llamó al 112 para pedir ayuda cuando se produjo la caída. «Su amigo ha sido su verdadero salvador», repetía una y otra vez el agente, que insistía en que de no haber sido por la rápida actuación del otro chico, el resultado podría haber sido fatal.

Ricardo restó méritos a su gesto y recordó que la Benemérita «está para lo bueno y para lo malo»

«Si el joven no hubiera llevado encima un teléfono móvil, no le habría podido ayudar. Sabemos la problemática que existe con estos chavales jovencitos y los móviles, pero en este caso, esa llamada le salvó la vida» aseveró. Es por eso que, aprovechando la situación, desde la Guardia Civil quisieron lanzar un mensaje de concienciación sobre la importancia de inculcar la utilidad del Servicio de Emergencias 112 entre los más pequeños.

«Hay que tener sangre fría»

Una historia que demuestra, tal y como señaló el propio agente, que «la Guardia Civil está para lo bueno y para lo malo». En total, catorce personas participaron en el operativo de salvamento y se necesitó de una cadena humana para poder sacar al pequeño del agua. La cuerda de la que disponían en ese momento -de unos 4 metros- no era lo suficientemente larga y, ante el temor de que al niño le fallaran las fuerzas y pudiera hundirse antes de la llegada de los bomberos, el guardia civil no se lo pensó dos veces, se desvistió y se lanzó al canal: «En ese momento no lo piensas, hay que tener sangre fría. Me lo quité todo, excepto calcetines y calzoncillos porque el peso te impide nadar, y salté».

Nino estuvo unas horas en observación, pero ya se encuentra bien. Ahora, y una vez que ha pasado el terrible susto, lo tiene claro: de mayor quiere ser, como su héroe, «un guardia civil».

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