Mañueco reclama la declaración de zona catastrófica en Ávila

El incendio que se declaró el pasado sábado en el municipio abulense de Navalacruz continúa activo y sin control, si bien durante la jornada de ayer al menos se consiguió que perdiera virulencia y se logró estabilizar. Se trata del mayor fuego registrado en Castilla y León, hasta el punto de que su perímetro alcanza los 130 kilómetros , con una superficie arrasada que, según el sistema europeo Copernicus de gestión de emergencias, supera ya las 26.000 hectáreas.

La dimensión del daño causado por las llamas, que ha convertido la sierra de la Paramera y parte del Valle del Alberche en cenizas, es tal que aún no es posible realizar una valoración de las pérdidas . Es más, los ganaderos -son explotaciones extensivas de vacuno de carne- advierten de que en muchos casos no saben si los animales que faltan han muerto o están perdidos . De momento, reclaman ayudas a las administraciones porque no tienen con qué dar de comer al ganado, ya que los pastos han sido arrasados por el fuego e, incluso, se han quemado las reservas de hierba y follaje con que contaban para alimentarlos.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se reunió ayer con los responsables del operativo en el Puesto de Mando Avanzado instalado en el municipio abulense de El Barraco. Allí comprometió el apoyo inmediato a los ganaderos y reclamó al Gobierno de España ayudas «bien como zona catastrófica o a través de ayudas de Protección Civil». Además, aseguró que ya se trabaja para «la restauración del terreno, la protección de los acuíferos y la actuación frente a las enfermedades forestales que pudieran producirse».