Mañueco gana por la mínima y necesitará el respaldo de Vox

Vence por poco más de 16.000 votos a Tudanca, pero es el único candidato con opciones de gobierno en Castilla y León si llega a un acuerdo con los de Abascal

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El candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León por el PP, Alfonso Fernández Mañueco, saluda a una señora a su llegada al Hotel Alameda Palace para valorar los resultados obtenidos por su formación en los comicios Ep / Vídeo: El PP gana por la mínima en Castilla y León y depende de Vox para formar Gobierno - ATLAS

J. M. Ayala

El PP salvó a duras penas los muebles con una ajustada victoria y dependerá de Vox para mantenerse en el gobierno de Castilla y León los próximos cuatro años. Muy lejos de los objetivos de una mayoría clara que se marcaba la formación y su candidato, Alfonso Fernández Mañueco , cuando decidió convocar las elecciones anticipadas el pasado 20 de diciembre.

La nota positiva para los populares en una noche agridulce es que, tras la derrota de 2019, vuelven a ganar -por apenas 16.000 votos- en una de las autonomías que siempre han sido 'suyas' . Sin embargo, los 31 escaños logrados de un total de 81 -con la mayoría absoluta fijada en los 41- apenas suponen mejorar en dos los que logró hace poco más de dos años con prácticamente el mismo porcentaje de apoyos (31,4 por ciento), a mucha distancia de lo que esperaban y de lo que no hace tanto tiempo era habitual.

Las sensaciones en el PP -tanto en Castilla y León como en Génova - tras conocer los datos fueron de una satisfacción inicial al confirmarse que ganaban las elecciones a cierta decepción por lo ajustado del triunfo, pero también de algo de alivio al poder seguir al menos en principio al frente de una plaza importante después de que en los últimos días el temor a la abstención -que fue menor de la esperada- y el 'bajón' del PP pusiera incluso la victoria en cuestión y se dibujara una alternativa formada por toda la izquierda y los diferentes localismos que finalmente no se ha dado.

De hecho, los ciudadanos de la comunidad apostaron claramente por los partidos de centroderecha al respaldar con más del 53,6 por ciento de los votos a PP (31,4), Vox (17,6) y Ciudadanos (4,5) frente a poco más del 35 que recibió la izquierda con la suma de PSOE (30,1) y Unidas Podemos (5,1) en un reparto que tiene también su lectura nacional como todo lo ocurrido en esta convocatoria electoral.

En todo caso, el plan previsto por Pablo Casado y los suyos para avanzar hacia la conquista de La Moncloa habría encallado con los resultados de anoche y ahora toca esperar que el siguiente paso, en principio las elecciones andaluzas, salga algo mejor.

Y es que no hubo 'efecto Mañueco' y el PP se quedó muy lejos de sumar más que el resto de partidos juntos -salvo Vox- como si pasó en Madrid con Isabel Díaz Ayuso y perseguía repetir ahora en Castilla y León . Tanto el ligero repunte en campaña de Cs -traducido únicamente en un escaño pero con mayor porcentaje de voto del esperado- y la confirmación de Vox , unida al empuje de localistas de León, Soria y Ávila , impidió a los populares lograr los números que necesitaba para celebrar sin cierta frustración su victoria.

Condenados ahora al acuerdo con Vox -la otra opción sería una repetición electoral que nadie quiere ni pensar en estos momentos-, los de Santiago Abascal se han debatido estas semanas sobre si les merecía la pena exigir alguna consejería a cambio de su necesario apoyo si el resultado era como finalmente ha sido.

Esta disquisición interna se solventará en los próximos días, pero a nadie extrañaría que volvieran a esperar a un momento más adecuado para empezar a demostrar si tienen capacidad de gestión además de arrastre de masas. Ayer, Abascal fue rotundo al inicio de su discurso, cuando se dirigió al candidato de Vox, Juan García-Gallardo , y dijo que «se le ha puesto cara de vicepresidente».

Mientras, el PSOE tiene aún menos motivos para sonreír . Primero porque fue el partido ganador en los comicios de 2019 y ya no lo es. Además de la pérdida de siete escaños -al pasar de 35 a 28 y perder casi cinco puntos-, sus opciones de gobernar esta vez ni siquiera se han dado.

Tudanca, en el aire

Se habían convencido de que la remontada era posible y que, sumando a todos los partidos que no fueran PP y Vox, podrían llegar a la mayoría absoluta y alcanzar la Junta 35 años después. No fue así y lo que imaginaban como una jornada de euforia pasó a parecer más bien una pesadilla que puede tener consecuencias inmediatas respecto al futuro político de su aspirante, Luis Tudanca, tras tres intentos sin éxito de presidir el Ejecutivo autonómico y quedarse ya sin opciones de tocar 'poder'.

En clave nacional, Pedro Sánchez, que sólo se unió con intensidad a la campaña cuando las encuestas parecía aupar a su partido, se lleva también un pequeño revés pero menor del que quizás se temía hace tan solo unas semanas cuando se apartó voluntariamente de la misma. En sus primeras valoraciones prefirieron alertar del peligro de Vox a hacer autocrítica.

Otra de las formaciones que sale escaldada es Ciudadanos , aunque finalmente salvó un acta de procurador en manos de Francisco Igea. Las expectativas eran muy bajas por la situación del propio partido a nivel nacional. Con casi un cuatro por ciento de los apoyos, su escaño no tendrá importancia en las Cortes de Castilla y León. Atrás quedan los doce diputados que obtuvieron en mayo de 2019, lo que muestra a las claras la dimensión de la caída en lo que supone un paso más en la lenta y continúa agonía del partido presidido por Inés Arrimadas.

Unidas Podemos, por su parte, se dejó la mitad de sus representantes al pasar de dos a uno -el de Pablo Fernández , al concurrir esta vez por Valladolid-. Ni aspiraba a mucho más ni ha trabajado con convencimiento por ello durante toda la campaña. Sabían que no podían 'rascar' mucho más en estos momentos y al menos consiguen que Fernández mantenga su acta de procurador, aunque su futuro político está más volcado ya en su labor de portavoz estatal del partido y no extrañaría que renunciara a corto plazo y se marchara definitivamente a Madrid.

El leonesismo gana peso

Dentro de los localismos, la Unión del Pueblo Leonés mejora sus resultados y vuelve a su máximo histórico de tres procuradores, lo que le permitirá mantener la cantinela sobre la creación de una autonomía leonesa a la que muchos se suman de boquilla pero que ni por asomo tiene visos de ser una realidad tangible. Sin capacidad de influir verdaderamente en el próximo gobierno regional, ejercerán de dura oposición para intentar seguir sembrando la discordia con el discurso del supuesto perjuicio que su provincia sufre.

Todo sigue igual mientras para Por Ávila , al mantener el único representante que tenía en la pasada legislatura. Escisión del PP, el electorado ha mantenido su confianza en ellos. Pero sin duda, si alguna formación de esta plataforma puede hablar de triunfo es Soria ¡YA!. Cierto es que sus tres procuradores no serán decisivos, pero suponen un indiscutible éxito y la confirmación de lo que ya supuso en su día Teruel Existe . La plataforma, vinculada pero no adscrita a la de la España Vaciada, arrasó en su pequeña circunscripción -sólo se reparten cinco escaños, la que menos de las nueve- provocando que los socialistas perdieran dos y evitando que el PP sumara uno más.

En cambio, las cuatro formaciones presentadas bajo la marca que defiende los derechos de la España despoblada y rural no tradujeron su fama de estos días con ningún representante concreto. Más que sumar, restaron a otras formaciones.

Los comicios dejan así un panorama similar al de mayo de 2019, pero con la significativa novedad de que es un partido en alza como Vox el que tiene la llave del gobierno regional en lugar de Ciudadanos . La pregunta es si al candidato ganador y a su propio partido le ha merecido la pena este cambio. Ayer, al menos, en sus primeras declaraciones, mostró su orgullo por la victoria y dijo estar convencido de que se podrá encontrar la estabilidad que, según su versión, es la que le obligó a convocar las elecciones autonómicas.

La jornada electoral transcurrió con toda la normalidad que da el hecho de que los comicios celebrados eran únicos en su especie por estos lares. Sin ningún precedente de un adelanto electoral castellano y leonés, la cita reunía las novedades de celebrarse independientemente de cualquier otra, aún en pandemia y en pleno invierno, quizás con menos frío del que se preveía cuando Mañueco apretó el botón del adelanto, pero también con más lluvia -fundamentalmente por la tarde y en muchos puntos de la comunidad- de la que hacía presagiar la prolongada sequía que vivía el país. Pocos incidentes y una respuesta ciudadana mayor de la prevista y que los distintos candidatos agradecieron en lo único en lo que ayer coincidían.

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