Ana Luisa Amaral destaca el valor de la escritura para «tender puentes» al recibir el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana

La Universidad de Salamanca acoge la entrega del galardón a la poeta portuguesa

La poeta Ana Luisa Amaral recoge el galardón de manos de la Reina Sofía, que da nombre al premio ICAL

ABC

La poeta Ana Luisa Amaral destacó ayer el valor de la escritura para «tender puentes» durante el acto en el que recibió el XXX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca de manos de la reina doña Sofía. Además, la escritora portuguesa consideró que se trata de un galardón “tan intensamente prestigiado” y expresó su “enorme honor” por ser la tercera mujer de su país que lo recibe.

Tras una condensación de agradecimientos personalizados en quienes han propiciado tal éxito, Ana Luis Amaral hizo un especial agradecimiento a «tantas mujeres cuya lucha durante siglos y en su osadía por atravesar territorios que la sociedad les decía que no les pertenecían, como la escritura, abrió caminos» por los que ella transcurrió después. En su ánimo por te nder puentes entre España y el país vecino, Amaral recordó que sus padres se casaron en Badajoz en 1955. «Quizás yo empecé allí a existir, no como un yo, sino como promesa de un yo», señaló.

En este sentido, la poeta recordó que ambos territorios, incluso manteniendo sus identidades, «solo están separados por unas líneas imaginadas por humanos». Así, recordó momentos de su infancia cuando se mudó al norte del país luso, donde reside en las inmediaciones de Oporto, y leyó un poema que escribió entonces sobre los iconográficos puentes de la ciudad portuguesa. Además, recordó que estuvo entre los diez y los 16 años en un colegio de monjas españolas donde aprendió a «hacer churros y empanadillas de atún con tomate».

«Esos puentes que el arte construye, en mi caso la poesía, es lo que nos une a todos. La poesía es un lenguaje de intensidades que no está sujeto a las leyes del mercado, ni está regida por las normas del capital. El arte tiene una función simbólica. la poesía, como el arte, está inscrita en las fisuras del deseo de totalidad», definió la escritora, advirtiendo a su vez que, por eso, «las dictaduras tiemblan cuando no logran coartar el arte, porque la poesía refleja también la voz de los sin voz y fusiona el pasado y el presente con el futuro».

De igual manera, la poeta galardonada en Salamanca aseguró que, «a veces, un poema puede apaciguar el horror del mundo», ya que «todos estamos expuestos a una condición común, la de la fragilidad». Tras realizar un alegato sobre la verdad, agradeció la creación de este premio porque «es fundamental ‘acariñar’ el arte y la poesía, aún más en estos tiempos en los que puede estar en riesgo la pérdida de lo humano, y con ello, la pérdida de la libertad». Así, Amaral reafirmó la importancia de «la no complacencia», en el sentido de «disidencia», ahora que «amenazan con nuevas dictaduras«. «El arte debe conducirnos a un sentido de pertenencia y de compasión, de sentir juntos porque ‘yo no existo sin el otro’. Este es para mí el milagro de la poesía», concluyó la poeta ante el prolongado aplauso del Paraninfo, informa Ical.

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