Artes&Letras / Teatro

La literatura de Delibes en carne y hueso

La adaptación de ‘Los santos inocentes’, quinta novela del autor llevada al teatro, amplía la galería de personajes dotados de «entidad humana» en sus obras que cobran vida sobre las tablas

Una escena de 'Los santos inocentes' HERAS

Camino Monje

Miguel Delibes le confesó en su día a Lola Herrera que no podía pensar en Menchu sin evocar la imagen de la actriz. La vallisoletana, que se despedía hace poco del monólogo ‘Cinco horas con Mario’, recreado miles de veces sobre las tablas a lo largo de más de cuarenta años, también es Carmen Sotillo para varias generaciones de espectadores. Como José Sacristán es Pacífico Pérez; en este caso, una ‘identidad’ compartida con Manuel Galiana, quien también ha interpretado al protagonista de ‘Las guerras de nuestros antepasados’. Como cualquier mención a Paco el Bajo, Azarías, Régula y el señorito Iván remite a Alfredo Landa, Paco Rabal, Terele Pávez y el recientemente fallecido Juan Diego. Javier Gutiérrez, Luis Bermejo, Pepa Pedroche y Jacobo Dicenta, ahora desde los escenarios, asumen el reto de encarnar a estos icónicos personajes de la gran pantalla y la literatura.

La versión escénica de ‘Los santos inocentes’ se convirtió el 8 de abril, con su estreno en Calderón de Valladolid , en la quinta obra de Delibes llevada a teatro. Las tres primeras, ‘Cinco horas con Mario’, ‘La hoja roja’ y ‘Las guerras de nuestros antepasados’, nacieron de textos adaptados por el propio escritor (solo o acompañado) y cobraron vida en escena en 1979, 1986 y 1989, respectivamente. Dos años antes de morir, no sin ciertas reticencias previas, el novelista ya barajó junto a José Sámano (productor de ‘Cinco horas...’ y ‘Las guerras...’) la adaptación del monólogo ‘Señora de rojo sobre fondo gris’; aquel proyecto no fraguó, pero Sámano, José Sacristán e Inés Camiña colaboraron en la adaptación final que se estrenaría en 2018 y se mantiene en cartel con Sacristán como Nicolás, trasunto del propio Delibes que promete convertirse en otro hito de la carrera del actor. ‘Los santos inocentes’ inicia ahora su periplo trasladada al lenguaje escénicos por el recientemente fallecido Fernando Marías y el director del montaje, Javier Hernández-Simón.

La presencia de la literatura de Miguel Delibes en los escenarios se amplía con otras propuestas cercanas, como la versión de ‘Las guerras de nuestros antepasados’ del repertorio de la compañía vallisoletana La Quimera de Plástico, dirigida por Luisa Hurtado e interpretada por Juan Manuel Pérez y Javier Bermejo.

Un elenco amplio

Tan solo uno, dos o tres actores habían bastado hasta ahora para cargar con la complejidad de los personajes del autor de ‘El hereje’. Con ‘Los santos inocentes’ entran en escena nueve intérpretes. Fernando Huesca (don Pedro y don Manuel), Yune Nogueiras (Nieves), Marta Gómez (Marquesita y la Niña Chica), José Fernández (Quirce y René) y Raquel Varela (doña Pura), además de Gutiérrez, Pedroche, Bermejo y Dicenta, desarrollan «un trabajo de elenco homogéneo en el que han puesto el alma y la siguen poniendo en cada función», dice Hernández-Simón. Desde que las responsables de GG Producción Escénica sugirieron el título y la posibilidad de que el director formase tándem con Fernando Marías, decidieron ir adelante «poniendo toda la carne en el asador».

Los nuevos Azarías, Paco el Bajo, Régula, el señorito Iván... se encuentran aforos completos y un público que los despide en pie entre ovaciones, celebra el director. Embarcados en una gira de más de cien funciones ya comprometidas y con temporada prevista en Madrid entre la primavera y el verano de 2023, entre las paradas ya cerradas del próximo mes figuran dos escenarios de Castilla y León: el del segoviano Auditorio de El Espinar, el 14 de mayo, y el del Palacio de la Audiencia de Soria, el día 20.

«El montaje día a día va creciendo. En el diálogo con los espectadores, la función encuentra nuevas vías. Tenemos el privilegio de contar con un excelso elenco y ellos van encontrando cómo hacer sus personajes más profundos y complejos», señala Hernández-Simón, convencido de que los actores «cuentan a la perfección» lo que Delibes plasmó en la novela: «la naturaleza humana».

En el libro ‘España 1936-1950, muerte y resurrección de la novela’, el propio Delibes buscaba la razón de que las adaptaciones de sus libros tanto al cine como al teatro recibiesen, por lo general, el beneplácito del público. Encontraba dos. «Naturalmente, la primera razón para que esto haya ocurrido reside en haber dado con unos productores, directores y actores que han entendido mi obra y se han identificado con ella. Y la segunda, en mi preocupación por el delineamiento de los personajes; en la importancia que siempre he dado al personaje como el eje del relato. Esta casi obsesión mía por dotar a los tipos que pueblan mis novelas de entidad humana».

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