ESPECTÁCULOS

Jorge Blass: «El público perdona un error, lo que no perdona es el aburrimiento»

El mago e ilusionista madrileño actúa este domingo a las 21 horas en el Teatro Carrión de Valladolid

Jorge Blass durante uno de sus espectáculos Foto cedida

Clara Nuño

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Jorge Blass (Madrid, 1980) es mago. Lo ha sido toda su vida, desde que con apenas seis años le entusiasmaban los trucos en la televisión. Sin embargo, la vocación se hizo patente en 1992, al descubrir a Juan Tamariz, que editaba una serie de cómics sobre el mundo de la magia. Se vendía en fascículos los viernes en los quioscos. Fueron 70 entregas. Los compró todos. Desde entonces, el chico adolescente encontró una pasión que, poco a poco, fue convirtiéndose en su profesión. Dice que casi sin darse cuenta.

Ahora, con 42 años y convertido en uno de los magos ilusionistas más conocidos del panorama nacional, recala este domingo en el vallisoletano teatro Carrión con el Show ‘La Magia de Jorge Blass’, un espectáculo interactivo que pretende no dejar indiferente a nadie.

¿Qué es ser mago?

Es un tipo de artista escénico que ilusiona a los espectadores, que les hace creer algo que es imposible. Un creador de fantasía e ilusión. A mí me gusta más la palabra ilusionista que mago, porque creo que define mejor el oficio.

¿Cuál es la reacción de la gente cuando te presentas como mago ilusionista?

Me acaba de pasar (ríe). Estaba en el banco rellenando unos papeles y ponía ‘profesión’ y, claro, yo pongo ‘ilusionista’, ¿quién te va a dar una hipoteca diciendo que trabajas como mago? . Ahora hay una mente más abierta, pero sí que es verdad que en los viajes, o cuando tengo que rellenar pasaportes, es gracioso. No se lo esperan.

¿Qué supone serlo en el siglo XXI?

Bueno, mucho mejor que hace cientos de años que nos quemaban en la hoguera (bromea). Se llenan los teatros, disfrutan de nuestro arte… Antiguamente sí que era un problema, ahora la gente viene a vernos. Muchos magos ilusionistas fueron quemados por la inquisición, acusados de brujería. En ese sentido hemos mejorado muchísimo.

¿Cuál es el estado de la magia en España en la actualidad? ¿Es difícil buscar trabajo?

Hay mucho artista que está trabajando muy bien. Desde el que hace magia para fiestas infantiles hasta el que hace magia para eventos de empresa, pasando por los que se dedican al escenario, los que están detrás del público. También hay gente que inventa trucos y los vende. La magia ofrece un montón de posibles trabajos. Hay mucha gente que vive de ello y vive bien. Es verdad que no hay tantos shows o artistas que puedan hacer un espectáculo entero en un teatro, pero eso va cambiando. Hace diez o quince años lo hacían muy pocos, pero está cambiando.

¿Te han pillado un truco alguna vez?

Sí, claro. Cada vez me pasa menos, pero fallar es importantísimo. He fallado muchas veces y he aprendido a fallar mejor. Al final, si estás delante del público pasan cosas y es muy complicado. Hay un montón de técnica, de tecnología y de personal humano y las cosas pasan. El público perdona un error, lo que no perdona el público es el aburrimiento.

Como mago profesional, ¿Nos podrías dar algún consejo para alguien que quiera hacer un truco y necesite distraer la atención de la gente?

Distraer no es tan fácil. La magia tiene una gran psicología pero hace falta estudiarla a fondo y lleva mucho tiempo. Desde luego, lo que sí animo a la gente es a hacer magia porque es una afición increíble y ayuda en un montón de situaciones. Es una manera de romper el hielo fantástica, te enseña a analizar y entender la mente humana. Yo estudié psicología en la universidad, además de magia, y me di cuenta de que la magia es pura psicología a la hora de jugar con el espectador.

En 1995 se celebró en Valladolid un Congreso Nacional de Magia donde ganaste un premio, ¿Qué supuso para ti?¿Qué posibilidades te ofrece 27 años después la ciudad de Valladolid?

Tengo un cariño tremendo a Valladolid por eso. Entonces era un adolescente y llevaba un número que me había preparado con mucha ilusión, pero lo que no me esperaba era ganar un premio Nacional. Fue la bomba y mi oportunidad de ver a un montón de magos de toda España que habían venido a actuar a ese congreso. Valladolid en mis inicios de magia fue fundamental.Fernando Arribas, un mago vallisoletano que fue quien organizaba el evento, es un buen amigo a día de hoy. Volver ahora con un show completo es una gran ilusión.

¿Cómo ha sido tu experiencia en tus espectáculos por Castilla y León?

He venido muchas veces, siempre que empezamos una gira vamos a Castilla y León un montón. Y en Valladolid en concreto hay una gran afición a la magia porque ahí hay muy buenos magos que han creado un montón de festivales.

¿Qué puede esperar el público vallisoletano para este domingo?

Van a ver nuevas ilusiones, juegos interactivos donde van a participar desde la butaca. Hay una magia también muy nueva con teléfonos móviles e, incluso, nos atrevemos con la inteligencia artificial, que es algo que en magia todavía no se había utilizado. Será muy sorprendente y creo que el público va a salir del teatro con algunos años menos. Rejuvenecerán gracias a la magia, ¿quién da más?

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