El intermediario

Nada especial en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo: sabíamos que eran independentistas y los españoles no. Dos novedades: el Rey ahora es el malo, y Sánchez el intermediario entre los golpistas y la jefatura del Estado. Con Rajoy cuidando geranios en Santa Pola, todo parece facilísimo. Ahora el presidente deja que corra el aire, baila el agua a los separatistas, y usa el lenguaje como una goma de borrar que echa también los pelillos a la mar. Para esto último tiene incluso un altavoz impagable en TVE que dice las verdades -es decir, lo que el presidente quiere- y desde ya por decreto ley. Recalco: ahora el Rey es el malo.

En las fotitos de Tarragona, efectivamente, el Rey no tiene buena cara. ¿Echaría de menos a Rajoy parando las bofetadas de los golpistas? Pedro Sánchez no encaja bien las bofetadas. Prefiere que se las den al Rey, y que caigan al saco los votos de los independentistas. Un émulo del capitán Araña que, como buen vasco, arengaba a las masas y se quedaba en la retaguardia. Su Majestad, como demócrata y constitucionalista, puede esperar sentado esperando refuerzos. Sánchez, en una misma jugada, vende a la sota, al caballo, al rey, y a lo que haga falta. Lo suyo es el poder sin necesidad de elecciones ni de esos escrúpulos democráticos de la derecha. Así que el tiro al Rey acaba de convertirse en deporte olímpico.

De hecho, ahora mismo ni el Rey ni España las tiene todas consigo. Estamos en ese compás de espera que da el verano a los oportunistas y a los que pretenden que el círculo sea cuadrado. De eso se trata. Mientras, el PP elige al sucesor de Rajoy para que Sísifo empiece a subir y a bajar la montaña con la piedra atada al cuello como una maldición. Aunque para su bien, como asegura la izquierda. A los que no esperamos vacaciones, nos queda el gran consuelo de la nueva portavoz del Gobierno que lleva camino de superar con creces al diputado cunero por Palencia. Echamos tanto de menos a Méndez de Vigo como si hubiéramos perdido al mismísimo Demóstenes. Menudo listón de portavoces.

Tengamos paciencia. Nos esperan las bodas de Canaán, la multiplicación de los panes y de los peces, y el ciento por uno con Sánchez al frente del Gobierno. España parece una ONG rebosante de refugiados con sanidad universal, y con sueldos equiparables al de los legales y al de muchos pensionistas. Todo sin trabajar un día, sin cotizar por una coca-cola, sin legalizar una partida de nacimiento. En campaña de rebajas, Sánchez lo vende todo bueno, bonito y barato. Lo del tiro al Rey de los golpistas, será el bumerang que convierta a muchos republicanos españoles en monárquicos, pues un gobierno nunca es intermediario. Es el que defiende a las instituciones, a la Nación, al Jefe del Estado, a la democracia y a los españoles. Lo demás es marketing, y esto por decreto ley. Inquietante. Adiós democracia, adiós.