ENTREVISTA

«Hay una importante carencia en la atención a los mayores con discapacidad y demencia»

El director médico de Hermanas Hospitalarias denuncia la «falta de coordinación» de los sistemas de atención para este colectivo

El doctor Manuel Martín Carrasco, durante la entrevista con ABC F. HERAS

H. Díaz

Expertos y profesionales del ámbito de la sanidad y la discapacidad analizaron en las jornadas organizadas por las Hermanas Hospitalarias de Palencia el reto que supone el envejecimiento en la discapacidad. Allí, el doctor Manuel Martín Carrasco, director médico de Hermanas Hospitalarias de Navarra y actualmente vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, denunció que «desgraciadamente» los sistemas de salud mental están aún muy orientados exclusivamente a los jóvenes.

-Hace décadas hablar de envejecimiento en personas con discapacidad intelectual era una utopía. ¿Qué ha contribuido al aumento de su esperanza de vida?

-Los mismos aspectos que en la población general: mejores cuidados de salud, mejoras en la alimentación y en las condiciones generales de vida y también la introducción de programas preventivos de salud. No obstante, uno de los problemas todavía es la falta de acceso de este colectivo a estos programas. De hecho, la esperanza de vida es muy parecida en las personas con discapacidad intelectual leve, mientras que en aquellas con discapacidad grave todavía es más limitada.

-¿Cómo se enfrenta una persona con discapacidad a su envejecimiento?

-En la medida en que la persona tiene cierta capacidad de autoconocimiento, va viendo que tiene más dificultades para hacer cosas, y lo que sí cambia con respecto a la población general es la forma de expresar su malestar por ello. Pueden manifestarlo mediante disgusto, irritabilidad, aunque muchas veces no hacen una extrapolación a largo plazo del tipo «tengo miedo a morirme», sino que lo que manifiestan es más la dificultad concreta que tienen en un momento determinado.

-¿Qué importancia tiene fomentar su autonomía para que tengan un envejecimiento más activo y positivo?

-¡Fundamental! Esa mayor autonomía es lo que va a posibilitar una mayor calidad de vida; que la persona esté satisfecha e integrada en su entorno.

-¿Y cómo ayudarles a participar en su envejecimiento activo?

-La clave es anticiparse, porque hay que tener en cuenta que en estas personas las limitaciones se pueden presentar de una forma brusca. Lo que tenemos que hacer es ir trabajando desde años antes. Por ejemplo, desde el punto de vista de la salud, poner una serie de controles; también en cuanto a hábitos saludables, y desde el punto de vista de las actividades, es importante que puedan mantenerse en el tiempo y con un nivel de capacidad funcional menor. Luego, hay que hacer un abordaje personal. En Hermanas Hospitalarias hablamos mucho del personal de referencia. Al final, en este área no hay milagros, pero los pocos que hay se deben a la individualización.

«En el área de la discapacidad no hay milagros, pero los pocos que hay se deben a la individualización»

-Uno de los retos que plantea ese aumento de la esperanza de vida, es que la persona con discapacidad viva más allá de su cuidador principal ¿Está preparada la sociedad para asumirlo?

-Creo que no. Los padres suelen decir eso de «que me muera cinco minutos después de él para que no sufra la pérdida». Si para todos es un drama perder a un ser querido, para estas personas más. La clave es la planificación. No podemos esperar a que desaparezca para ver qué hacemos, sino que con tiempo hay que ir pensando en qué personas pueden sustituir a los padres. Es muy difícil encontrar a alguien que asuma todo lo que hacían ellos. Probablemente el aspecto afectivo lo pueda cubrir un hermano, pero a lo mejor otro tipo de tareas relacionadas con el cuidado de la casa o la gestión de asuntos financieros se tenga que contratar ayuda profesional. ¿Y si no hay hermanos? Pues a lo mejor debe acudir a una residencia, pero si esperamos a que se presente la urgencia no hay forma de organizar.

-¿Está preparado el Sistema de Dependencia para atender las necesidades de los mayores con discapacidad?

-Creo que no. Los sistemas de atención suelen trabajar por su cuenta y falta coordinación y armonización. Un área crítica es la que tiene que ver con personas mayores con discapacidad intelectual y enfermedad mental asociada, o con trastornos graves del comportamiento. Ahí hay una carencia muy importante. Es decir, los sistemas de salud mental están muy orientados hacia jóvenes. Cuando alguien se dedica a las demencias no suele incluir al colectivo de personas con discapacidad y ahí hay un área de estudio. Desgraciadamente también hay una ausencia de datos, así que no sólo tenemos que formarnos, sino que sería muy deseable investigar.

-Y las residencias y centros de día, ¿están adaptados?

-Mi experiencia es que no. Es decir, están orientados a problemas más comunes, pero no a las necesidades específicas de este colectivo. La presencia de discapacidad intelectual y enfermedad mental conjuntamente es lo que suele crear mayores problemas, y ahí yo creo que hace falta una cierta especialización que es lo que desde Hermanas Hospitalarias podemos ofrecer.

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