La Fura dels Baus convierte «El Martirio de San Sebastián» en «una gran ceremonia artística»

Más de 140 artístas se darán cita en el Teatro Calderón de Valladolid, que acoge el reestreno de la adaptación de la cantata de Debussy, un montaje «coral» que capta «un ambiente místico que trasciende lo puramente religioso»

Ensayo general de este miércoles en el Teatro Calderón de Valladolid F. HERAS

H. DÍAZ

Más de dos décadas después de su estreno, La Fura dels Baus volverá a poner en escena «El martirio de San Sebastián», la cantata que compuso el francés Claude Debussy siete años antes de morir y a la que la agrupación teatral española vuelve a dar una vuelta de tuerca para ofrecer un montaje «coral» y que «casi nada» tiene que ver con lo que se pudo ver en su día. Así lo ha puesto de manifiesto Andrés Salado, el director de escena del montaje que se podrá ver el 8, 9 y 10 de febrero en el Teatro Calderón de Valladolid, uno de los coproductores del espectáculo junto con el Teatro Comunale de Bolonia y el Festival de Peralada.

Precisamente Bolonia y Peralada serán las dos únicas paradas de la coproducción, aunque para ello habrá que esperar hasta primavera y verano de 2020, según detalló José María Viteri, director de la escena vallisoletana, embarcada en este proyecto en marco del 20 aniversario de la inauguración de su remodelación. Viteri se ha referido a este montaje en el que La Fura está acompañado del coro lírico del teatro y la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (Oscyl) como «una gran ceremonia artística» y ha augurado «un sinfín de emociones» para quienes se acerquen a contemplar este «espectáculo interactivo que invita al espectador a participar desde las emociones».

Un trabajo sin fronteras

«El martirio de San Sebastián» pone en escena más de 140 personas en un montaje que se estructura en torno al coro, cuyo «enorme» peso fue destacado por la directora argentina Valentina Carrasco, al frente de su reposición y responsable de que la coral del Calderón se mantenga en movimiento durante prácticamente todo el espectáculo pese a la dificultad de la partitura. Carrasco ha destacado la «heterogeneidad» de la obra, en la que músicos, actores, bailarines y cantantes «conjugan» a la perfección: «Es un trabajo realmente de todos en el que no hay fronteras.

Salado, que llevará la batuta de la Oscyl, ha apuntado también que se trata de un montaje de naturaleza «un poco rara». «¿Es un drama escenificado? ¿musicado? ¿sacro?», se ha cuestionado antes de apuntar que el libretista original (Gabrielle D’Annunzio) era ateo mientras que el compositor (Claude Debussy) no era especialmente creyente, una combinación que, a su juicio, les permitió «captar ese ambiente místico especial, que va más allá de lo puramente religioso». Asimismo, ha destacado que el compositor francés introdujo en la cantanta «colores muy diferentes» a los que acostumbraba, para configurar una «música muy oscura en muchos momentos», donde irrumpen ocasionalmente «auténticos rayos de luz y de ascensión».

Para una de sus intérpretes, la soprano albanesa Inva Mula, el montaje «no es una verdadera ópera» y ha incidido en que se trata una propuesta «que no entiende de límites» capaz de crear «un universo único donde los propios intérpretes en ocasiones se llegan a preguntar ¿dónde estoy? en plena representación». La capacidad que tiene la obra de convertir a los propios actores en espectadores del montaje también ha sido destacada por el intérprete vallisoletano Diego Martín, que ve un «regalo» tener la oportunidad de participar en esta «superproducción» de La Fura. Por su parte, otro de los intérpretes, el también actor de Valladolid Santi Marín ha destacado que el proyecto «sigue siendo muy actual».

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