Flores para recordar a los nuestros

Aunque todos los días se recuerde a aquellos que ya se fueron el 1 de noviembre es la fecha en el que ese pensamiento moviliza a miles de castellano y leoneses a honrar a sus difuntos en los cementerios de la Comunidad. Un año más, el Día de Todos los Santos no estuvo exento de flores, lagrimas y nostalgia entre el ir y venir de las familias que acudieron a «visitar» a los suyos coincidiendo con esta festividad y acompañados por el buen tiempo y la ausencia de lluvia.

En las capitales de provincias los ayuntamientos reforzaron los servicios de autobús urbano, mientras se habilitaron zonas de aparcamiento para poder atender la masiva afluencia de miles de personas dispuestas a dedicar un recuerdo a sus familiares, amigos o conocidos.

En líneas generales, y como suele ocurrir cuando a esta festividad se le une un puente festivo, la afluencia a los cementerios se produjo de forma más escalonada y fue menor el mismo día de Todos los Santos, algo que se dejó notar en los puestos de venta de flores instalados a la entrada, que ven año tras año cómo se reducen sus ventas.

Más incineraciones

Otro de los factores que está restando afluencia a los cementerios es la preferencia de las incineraciones a los servicios tradicionales. A nivel nacional la incineración ya es la opción elegida por más del 36 por ciento de los fallecidos, pero en 2025, según un estudio de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) se estima alcanzará el 60 por ciento. En este documento se destaca que ya hay capitales de provincia donde la incineración superan el 70 por ciento de incineración, aunque también se indica que en las zonas rurales la cremación tiene un menor impacto. Actualmente España es el país europeo con mayor número de hornos crematorios con un total de 364, informa Ical.

La muerte en soledad, «una terrible deriva social»

En el cementerio vallisoletano se vivió uno de los actos principales durante el responso que ofició ante una tumba común de represaliados franquistas de arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez, quien apeló ayer a la reconciliación. Mientras, el concejal de Urbanismo y teniente de la capital del Pisuerga, Manuel Saravia, aseguró que la muerte en soledad se ha convertido un problema político de primer orden y en una «terrible deriva social».