«Fernando consigue que el paralelo de la historia pase por España»

Recuerda Salvador Rus Rufino que comenzó a interesarse por la figura de Fernando el Católico de muy joven, leyendo a los historiadores del siglo XVIII -«ellos decían que fue el mejor rey de España, poniéndole como modelo para Felipe IV»-. Con motivo del V Centenario de la muerte del monarca, que precisamente se conmemoró ayer, el director de la Agencia de Calidad para el Sistema Universitario de Castilla y León (Acsucyl) ha ahondado en el perfil político del rey, sin querer «idealizarlo», pero sí profundizando en aquellos movimientos que le permitieron «edificar» España, integrar sus reinos y abrir el país a Europa. El resultado es el libro «Una biografía política de Fernando el Católico» (Tecnos, 2016), que el autor presentará el próximo jueves en las Cortes de Castilla y León junto a su presidenta, Silvia Clemente, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera.

-La obra se centra en el perfil más político de Fernando el Católico. ¿Por qué decidió dar una vuelta de tuerca más a la biografía del monarca?

-Creo que es el constructor de la monarquía universal española que dará lugar, después, a ese imperio donde no se ponía el sol. Es el gran estratega de una política atlántica, mediterránea y europea que luego siguieron sus sucesores, y, además, diseña un modelo político que se mantiene por lo menos siglo y medio. Me parece una figura que es capaz, en distintos momentos de su biografía, de integrar en un mismo proyecto político distintas realidades y llevarse bien con todas las casas reinantes de Europa, excepto con los franceses, que eran sus competidores por la hegemonía mundial.

-¿Cuáles fueron las proezas que le erigieron como modelo a imitar?

-Lo interesante de su vida es cómo un infante, que no estaba destinado a desempeñar un papel más allá de ser infante de la Corona de Aragón, de pronto, es capaz de llegar a realizar lo que muchas generaciones anteriores quisieron, que es la integración de los reinos de España. ¿Cómo lo consiguió? Mediante un plan estratégico ajustado a cada una de las circunstancias que se presentaba. Para él, cualquier momento es una oportunidad de crecimiento y de integración política.

-Sin embargo, su figura siempre ha permanecido históricamente a la sombra de Isabel la Católica.

-Fernando era el monarca de un reinado escasamente poblado. Las únicas posibilidades que tenía de sobrevivir eran integrarse en Castilla. ¿Por qué nos quedamos con la imagen de Isabel y no de Fernando? Primero, por la importancia que tiene el reino de cada cual. Y luego, por una cuestión curiosa, cuando la Isabel II sube al trono hubo que ensalzar el precedente, y éste es Isabel I. Más adelante, en la época franquista, hay otra serie de motivos para ensalzar la figura de Isabel frente a la de Fernando.

-En el libro destaca su forma de hacer una política «global» y su proyecto de integración territorial. Difícil de ver en estos tiempos que corren.

-Es difícil , pero por una cuestión, ¿qué era la unidad para ellos? La centralización del reino. En estos momentos no se percibe así. Hay otra organización territorial más descentralizada para dar mayor cabida a la identidad de cada uno de los territorios, o a su idiosincrasia. No obstante, en la época de Fernando se había vivido tal cantidad de dispersión de reinos desde la Edad Media, que parece que hacer un reino unido era un anhelo en toda la población. Fernando e Isabel juegan con la idea de que «la unidad es el final del proceso de la pluralidad». Ellos partieron de que la diversidad había sido ineficaz y quisieron llegar a la unidad y, sin embargo, nosotros partimos de la unidad y queremos pasar hacia una cierta diversidad porque se cree que así los territorios, reconociendo sus diferencias e idiosincrasias, pueden ser potenciados.

-Su liderazgo en política fue clave en el éxito de su reinado. Recuerda en este libro que fue «necesario para mantener equipos de trabajo» que actuasen «unidos» por un proyecto común. ¿Falta hoy ese perfil de líder?

-Es fácil decir que faltan políticos que tengan esa visión, pero la pregunta es ¿la política tiene que ir por esos caminos?, ¿existe liderazgo en el mundo? Yo diría que sí, estamos saliendo de una crisis muy profunda y eso se hace porque hay líderes que están marcando el camino, lo que ocurre es que a lo mejor no hay un único líder. Desde la Crisis del 29 el mundo es multipolar y el liderazgo se ejerce, de alguna manera, colegiada. A veces lo asume un Estado en un momento dado, y en otros, una unión de estados. ¿Pero existen políticos capaces? Creo que sí. No hemos resuelto nuestra crisis con una guerra mundial como lo hicieron las anteriores. Lo que ocurre es que nos falta una guía que nos diga cuál es el nuevo paradigma social, político y económico que se nos avecina. Estamos viviendo un final de un paradigma económico basado en una sociedad industrial y no sabemos cuál es el próximo. Lo que nos falta no son líderes, sino proyectos que puedan consolidarse a largo plazo. Fernando siempre pensó desde el presente hacia el futuro. Nosotros pensamos muchas veces desde el pasado al presente, cuando deberíamos hacerlo como Fernando. ¿Cuál va a ser la imagen de la Unión Europea en los próximos años? ¿En qué sectores económicos debemos concentrarnos? Todas esas preguntas son las que tenemos que hacernos.

-Entre las acciones políticas de Fernando destaca también cómo fue capaz de abrir España a Europa.

-Sí. La política de Fernando consigue hacer que el paralelo de la historia pase por España y se mantenga durante un tiempo. Además, no sólo la abre a Europa, sino al mundo, porque integra perfectamente América en su proyecto político. Propicia que se haga una monarquía universal.

-El pasado sábado precisamente se conmemoró el V Centenario de su muerte. ¿Cree que se debería hacer más a lo largo del año para destacar la efemérides?

-Sí, está pasando muy desapercibida. Fue el rey consorte de Castilla y tras la muerte de Felipe asume su gobierno y proyecta Castilla al mundo. En este sentido, creo que no ha sido bien tratado y algo habría que hacer. Por ejemplo, una ruta por aquellos lugares como Baltanás, Medina del Campo o Medina de Rioseco, donde se firmaron documentos que fueron fundamentales para el desarrollo de lo que ahora mismo estamos conociendo.