Educación

«Esports»: Formación a todo gas

La Universidad Isabel I entra en los deportes electrónicos y participará en el Campeonato del Mundo de F1 virtual

Javier Álvarez (I) y Víctor Cazurro, en la presentación del equipo F. HERAS

C. ROSADO

Aunque no haya el riesgo de accidentes reales, aunque todo se desarrolle ante unas pantallas y mediante un simulador de conducción, ser piloto de automovilismo virtual requiere preparación. Más si cabe si se asciende a la elite de los mejores. Lo explica la alianza formada por la Universidad Isabel I y la marca PSR (Positive SimRacing) que lidera un equipo de competición automovilística virtual. Esta Universidad se ha convertido en la primera entidad educativa en participar en los deportes electrónicos a través de su propio equipo «Universidad Isabel I PSR» y con él correrá el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 virtual 2018.

La alianza va más allá de un patrocinio, como detalló el vicerrector de Investigación y Relaciones Internacionales de la Universidad Isabel I, Víctor Cazurro, al presentar esta iniciativa junto al director del equipo Universidad Isabel I PSR, Javier Álvarez. La estrategia que seguirá la entidad educativa en su salto a los «eSports», no se quedará en el Campeonato del Mundo de F1, sino que «se ampliará a otras disciplinas y otros deportes electrónicos» en el futuro.

La Isabel I aprovecha que se ha posicionado como «la Universidad del deporte», según Cazurro, con sus titulaciones dedicadas al ámbito deportivo, o con proyectos como su Centro de Estudios Olímpicos y su Programa de Alto Rendimiento, para introducirse en los «eSports», empezando con una disciplina de las más avanzadas tecnológicamente: la simulación automovilística. PSR pondrá el equipo de competición, pero esta Universidad aportará sus formación, investigación e innovación para la mejora del rendimiento de los deportistas de esta disciplina, pero también de otras.

En 2017, 250 millones de espectadores siguieron las competiciones deportivas virtuales y se espera que este año se consuman más de 6.500 horas de deporte electrónico a través de emisiones en «streaming» como las de la F1 virtual, en la que Fernando Alonso ha entrado con equipo propio.

Los pilotos manejan un software, una pedalera (con célula de carga) y un volante, conectados a tres pantallas que hacen de simulador, aunque también cada vez se aplican más las gafas de realidad virtual a esta práctica. Este deporte les exige una buena forma física también: pueden llegar a marearse y sienten la potencia de la velocidad transmitida al volante como si estuvieran en una competición real. Ahí es donde las titulaciones de la Isabel I, como Psicología, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, o Nutrición Humana y Dietética, van a ayudar en la preparación de los deportistas, incluso con una beca.

Javier Álvarez explica, además, que «está demostrado, y así lo han publicado revistas como Science y Nature, que esta práctica tiene un efecto muy bueno para el cerebro, y aparte requiere de unos conocimientos de ingeniería y técnicos». Quien piense que es un simple videojuego no imagina quizás que en el ámbito de la alta competición es vital el trabajo de ingenieros y pilotos compartiendo datos en todo momento.

En la competición real, el coche puede marcar la diferencia; en esta, todos corren con coches con iguales especificaciones, el piloto es fundamenta para arañar las décimas de la victoria.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación