El envejecimiento y la despoblación elevan la pobreza en Castilla y León, que afecta a 100.000 personas

Un estudio coordinado por Cáritas alerta que la exclusión social, que se eleva al 15,3%, corre el riesgo de cronificarse

El número de nonagenarios se ha duplicado en Zamora desde 1998 M. ÁLVAREZ

MONTSE SERRADOR

La realidad de la exclusión social en Castilla y León corre el riesgo de cronificarse y, en esta tendencia, aspectos como el envejecimiento, la despoblación y las desigualdades que se generan entre el mundo urbano y el rural tienen un papel determinante. Así lo explicó ayer el coordinador del Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en Castilla y León, Guillermo Fernández Maíllo, que fue presentado en Valladolid. El estudio, coordinado por Cáritas, pone de manifiesto cómo se mantienen elevadas cifras de exclusión entre los ciudadanos de la Comunidad que tras la crisis no han logrado revertir su sufrimiento. La región, no obstante, aporta unos datos por encima de la media nacional ya que la exclusión social es del 15,3 por ciento, frente al 21,6 del conjunto nacional. De hecho, ocupa la quinta mejor posición en el ranking autonómico.

Sin embargo, el informe refleja que 368.000 castellano y leoneses están en una situación de exclusión social moderada o severa. En este punto, destaca el hecho de que en los últimos cinco años se haya producido una reducción en la Comunidad del 7,5 por ciento, cuando en España ha sido superior al 25 por ciento. Especialmente preocupante resulta que dentro de la citada cantidad, 214.000 personas están en una situación «severa», una cifra que en 2013 representaba el 5,1 por ciento y ahora es del 8,9. Pero es que dentro de este grupo hay 99.000 personas que han sido arrojadas a la «sociedad expulsada», es decir, que su único objetivo es poder sobrevivir, una cantidad que en los últimos cinco años se ha triplicado, según explicó Guillermo Fernández, quien alertó de que se haya producido un incremento de la exclusión más severa.

Uno de los aspectos más destacados del informe, que explica en buena parte sus conclusiones, es la desigualdad que se detecta en los ciudadanos de la Comunidad, sólo superada por la Cantabria. Las diferencias, no tienen que ver con el nivel de renta, donde las distancias se han reducido, sino con otros elementos como la vivienda, el empleo o, incluso, la salud. «Cada vez hay más personas mayores y de más edad y eso es determinante», señala Fernández Maíllo, a lo que hay que sumar que el 37 por ciento de la exclusión social se produce en municipios de menos de 5.000 habitantes.

En campaña y con crisis

El obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, que participó en la presentación del estudio, destacó la importancia de un informe que «pisa el territorio y realiza una interpretación» y se refirió a la España vaciada que no se produce sólo por cuestiones económicas sino por cuestiones relacionadas con la «desvinculación y la desconfianza». «Deseamos que este informe llegue a las instituciones ahora que estamos en campaña y tocando campanas a rebato porque viene una crisis nueva», señaló Argüello. Advirtió, además, que «en campaña tenemos propuestas ideológicas, que son legítimas pero tienen que contar con la realidad porque las cuentas, si no, no salen».

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