Sociedad

La Cuenca del Duero, en «extrema sequía»

La CHD reclama a León, Valladolid, Astorga, Palencia y Burgos limitar el riego y limpieza, y a los agricultores escoger cultivos adecuados a la escasez de agua

Valladolid Actualizado: Guardar
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De «extremada sequía». Así es la situación en la «práctica totalidad» de la cuenca del Duero, con las excepciones del Tormes y el Águeda, según reconoce la Confederación Hidrográfica (CHD), después de la reunión ayer de la Comisión de Desembalses, en la que se analizó la situación de los pantanos de cara a la campaña de riego. Pero no sólo con las miras a la irrigación de los terrenos ya desde este primavera y, sobre todo, en verano se presenta complicada la temporada. Con los embalses de media al 62,3% de su capacidad -22 puntos por debajo que el año pasado por estas fechas y 17 menos que la media de los últimos diez años- el organismo de cuenca también alerta de que puede afectar incluso al abastecimiento, con cinco ciudades en el objetivo: Astorga, León, Palencia, Burgos y Valladolid.

Tanto que a estos ayuntamientos, los «más afectados» por la sequía, se les trasladará cómo está la situación, «a fin de que extremen las medidas de control del consumo». Por el momento, sin advertencia de restricciones a la hora de dar el agua del grifo, la Confederación sí pide que «utilicen, en la medida de lo posible, agua derivada directamente del río para labores como riego o limpieza». También para los cultivos -en plena campaña de siembra de regadíos- el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha pedido a las juntas de explotación «más comprometidas» que lleven a cabo el «menor» consumo de agua posible y que «seleccionen» las variedades más adecuadas para esta situación de sequía. El Órbigo, el Tuerto y el Carrión son las tres más afectadas, debido a su situación «deficitaria» y «problemática» e incluso «crítica».

Y es que el conjunto de la Cuenca presenta una situación dispar. Aunque la «extraordinaria sequía» se extiende por la «práctica totalidad» de los dominios del Duero, Ávila y Salamanca presentan una buena estampa, incluso de «normalidad» en los embalses que se llenan con las aguas del Tormes, el Águeda y el Adaja. Si el año pasado a estas alturas el pantano abulense de las Cogotas era uno de los que más problemas presentaba, éste está al 85,7% de su capacidad, lo que ha permitido dar mayor margen a los regadíos. En tierras salmantinas, el embalse de Santa Teresa, llenado al 81% por las aguas del Tormes, también permitirá una campaña con «normalidad». Lo mismo que ocurrirá en los cultivos dependientes del Águeda. El de Irueña (al 59%, pero de mayores dimensiones y con 110 hectómetros cúbicos almacenados) complementa lo que reposa en el vaso del pantano de Águeda (84%), propiciando también una campaña con «normalidad».

Buena situación

Todo lo contrario a lo que ocurre en Villameca y Barrios de Luna (León) y Camporredondo y Compuerto (Palencia). De hecho, en el Carrión la situación es «crítica», según la CHD. Aunque la disminución de reservas en los dos embalses palentinos «no es significativa» con respecto a otros años, según la Confederación, ya es de por sí un sistema «totalmente deficitario». De él no sólo dependen los regadíos, que tendrán que manejarse con cantidades reducidas a nivel de otros años de sequía, sino que también garantiza el abastecimiento de Palencia y de la mitad de Valladolid, a través del Canal de Castilla y León. El organismo incluso de que «de mantenerse la situación actual, no sólo está comprometida la campaña de riego, sino que podría afectar al abastecimiento» de ambas capitales.

«Deficitaria y extremadamente problemática» es la situación para las tierras y tuberías que beben del embalse de Villameca, encargado de suministrar agua a Astorga (León). Tanto que, alerta la CHD, «de repetirse una situación climatológica similar a la de este otoño», con escasas o casi nulas precipitaciones, «no se podrían garantizar sus necesidades a partir del mes de enero de 2018». También en tierras leonesas, el panorama para el Órbigo no es muy halagüeño, con una campaña «deficitaria y muy problemática» para los regantes que dependen del embalse de Barrios de Luna, al 58% de su capacidad, con 178 hectómetros cúbicos almacenados.

«Deficitaria, pero gestionable» en el Pisuerga

Y situación «deficitaria, pero gestionable» para el Pisuerga y Alto Duero; con recursos «limitados, pero gestionable» en el Esla-Valderaduey; «escasa, pero realizable», para el Alto Duero y casi normal en el Riaza y el Tera. Aún así, la CHD aprobó la «posibilidad de instaurar turnos en los regadíos» si fuera preciso a lo largo de la campaña. Además, dada la situación, «extremará la vigilancia» de los cauces y tomas directos de los ríos, pudiendo incluso «variar» las medidas «si las necesidades puntuales lo requieren, con el fin de preservar los abastecimientos y el caudal de mantenimiento».

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