La resaca de la fracasada moción de censura enturbia el pleno de las Cortes

El presidente de la Cámara, Luis Fuentes, expulsa a la vicepresidenta segunda, la socialista Ana Sánchez: «Si me tengo que quedar solo, me quedo»

La receta de ansiolíticos de Casado enerva al PSOE, que se fue en bloque antes de que interviniera Ciudadanos

La vicepresidenta segunda de las Cortes, la socialista Ana Sánchez, es expulsada por el presidente de la Cámara, Luis Fuentes, durante la sesión plenaria FOTO: HERAS / Vídeo: EP Bronco pleno en las Cortes: «Si me tengo que quedar solo, me quedo solo»

Isabel Jimeno

Bronco pleno en las Cortes de Castilla y León este martes. Con los ecos de la fracasada moción de censura del PSOE tumbada por la Cámara hace dos semanas, la sesión ha ido ganando en decibelios a medida que avanzaban las preguntas de control al Gobierno autonómico y el presidente de la Cámara, Luis Fuentes, en una continua llamada al orden de sus señorías.

De nada sirvió que el portavoz socialista, Luis Tudanca, arrancase la sesión de control con tono suave, como si nada hubiera pasado el 22 de marzo y ciñéndose a su pregunta, sin una coma más allá de si el presidente de la Junta, el popular Alfonso Fernández Mañueco, consideraba si «ha hecho todo lo posible para luchar contra la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas». Pero Mañueco no había olvidado el jaque al que fue sometido él y el Gobierno de coalición con Ciudadanos que preside. «Me alegro de verle en su sitio, señor Tudanca», espetó para arrancar el cara a cara.

Recuerdo más que implícito, explícito, a que la moción de censura con la que el socialista pretendía arrebatarle el sillón no había tenido éxito y Tudanca sigue en la oposición. Una puya que espoleó la sesión. «Me alegro de que se alegre. A mí me gustaría que alguna vez estuviera usted en su sitio», respondió Tudanca, ya con tono más alto, pero sin una referencia más a lo vivido semanas atrás, que sí jalonó el resto de la sesión. Aunque fue en una pregunta de la secretaria general del Grupo Socialista, Patricia Gómez Urbán, a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, sobre las decisiones adoptadas por la Junta en Valladolid en la lucha contra la pandemia del Covid-19 cuando las chispas que habían ido saltando, explotaron. «Si tengo que quedarme solo en este pleno, me quedaré solo», advirtió Fuentes ante el revuelo y con advertencia de que «no» iba a permitir que se escuchara a «nadie» que no estuviera en el uso de la palabra.

Entre las voces más altas en mitad de la reprimenda, la de la vicepresidenta segunda de la Mesa, la socialista Ana Sánchez, sentada justo a la izquierda de Fuentes. Tercera llamada al orden y consiguiente expulsión del hemiciclo -como marca el Reglamento- de la también secretaria de Organización del PSOE de Castilla y León, quien acusaba a la consejera de Sanidad de falta de respeto por sus palabras sobre la salud mental. Golpes en el hombro con el dedo al presidente antes de tener que marcharse -inicialmente se quedó en la entrada- , brazo en alto y diciendo adiós entre los aplausos con los que le despidieron los suyos.

Y todo después de que Casado, médico de profesión y a la vista -y oído- de cómo subía el tono, comenzase recetando: «Vamos a necesitar una buenas dosis de ansiolíticos». Pero más que para calmar, la prescripción encendió aún más la sesión. «No juegue con la salud mental», recriminó la socialista Gómez Urbán antes de censurar lo que consideró «lista de despropósitos» de la Junta con Valladolid en la lucha contra la pandemia y ensalzar la labor del alcalde de la ciudad, su compañero de partido Óscar Puente. Y puntilla para Ciudadanos: «Que descansen en paz y por mucho tiempo. Y el último que cierre la puerta al salir», concluyó Gómez Urbán entre palmas y gritos de «¡Bravo!».

«Me preocupa la salud mental. Mucho, Y la suya, especialmente», incidió la consejera en defensa de sus palabras y desatando aún más las protestas del PSOE, las llamadas al orden del presidente y el momento de la expulsión. «Porque griten o insulten no van a convencer a nadie», incidió Casado, quien finalmente, y a petición de la socialista -que las entendió un «insulto a los enfermos»-, retiró del diario de sesiones sus palabras sobre la salud mental. Unas referencias que después también afeó el portavoz de Podemos, Pablo Fernández.

Cruce de responsabilidades

Y partir de ahí, bajó el volumen, pero no se apagaron las críticas. Habían comenzado en el cara a cara de Tudanca y Mañueco, que volvieron a evidenciar que su visión de la Comunidad y gestión de la crisis del Covid-19 se encuentra a años luz de distancia. «Uno siempre tiene la sensación de que se puede hacer algo más», asumió el presidente de la Junta, quien defendió que han estado «volcados en defender la salud y la vida de las personas». «Otros, lo posible por esconderse y esquivar sus responsabilidades», recriminó en alusión al Gobierno central, a quien se afanó en defender el portavoz socialista a la vez que acusó al Ejecutivo autonómico de «hacer caja» con la pandemia por haber recibido el Gobierno más dinero del gastado, según sus cálculos. «Sólo espero que esta vez sea caja A y no B», añadió Tudanca, quien instó a Mañueco a demostrar si está «dispuesto a ayudar a la gente o va a volver a dejarlos en la estacada». «Usted está más preocupado de defender al Gobierno de Sánchez, el Gobierno del caos» y lo «defiende y aplaude y parece que tiene muchas ganas de ir allí», respondió Mañueco, quien resumió la aportación de Tudanca en esta crisis en el «fracaso» de su «irresponsable» moción de censura y «generar incertidumbre, confrontación y caos».

«Con ustedes no va nadie ni aunque le intenten pagar el billete», espetó después el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, a la bancada socialista, a la que también recriminó minutos después la «ignominia» de su salida del hemiciclo. Se fueron justo cuando acabaron sus preguntas y comenzaban las de Cs. Salida esta vez en bloque y al unísono -desde el Grupo aseguraron que suele ser habitual que aprovechen ese momento para salir al baño o hacer llamadas y que fue una «casualidad» la coincidencia-, y «vacío absoluto» que Igea tachó de «falta de educación y de respeto». Una ausencia que también lamentaron el consejero de Cultura, Javier Ortega, o la procuradora de Cs Marta Sanz, quien sí agradeció la presencia en ese momento del exalcalde del Real Sitio de San Ildefonso, José Luis Vázquez (PSOE), cuando se debatía sobre el cierre de las pistas segovianas en la estación de esquí de Navacerrada decidida por el Gobierno y contra la que la Junta prometió batalla.

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