Los bronces de Henry Moore salpican el entorno del Museo de Escultura de Valladolid

Corría el año 1934 cuando Henry Moore viajó a España junto a su esposa Irina y unos amigos. Recorrieron el país en motocicleta, de norte a sur visitando desde las Cuevas de Altamira, en Cantabria hasta Toledo, pasadon por Madrid. El artista británico (1898-1986) no volvería a nuestro país, pero la cultura española, y en concreto, el arte, tuvieron desde entonces un especial significado en su producción artística, que se acrecentó más si cabe durante la visita que realizó al estudio de Pablo Picasso en París en 1937, cuando tuvo la oportunidad de contemplar al Guernica en proceso.

Fruto de esa vinculación, su obra siempre ha estado muy presente en España con importantes exposiciones, como la retrospectiva que se organizó del artista hace ahora once años en el Caixaforum de Barcelona.

Ahora, Valladolid ha sido la ciudad elegida para concluir el periplo de una muestra itinerante formada por seis de sus esculturas monumentales en bronce que ya se pudieron ver en Burgos y Salamanca, entre otras ciudades españolas. El hilo conductor, uno de los temas que más se repite en su creación: la figura humana y su relación con el paisaje y la naturaleza, según detalló el comisario de la exhibición, Sebastiano Barassi, jefe de Colecciones y Exposiciones en The Henry Moore Foundation. Para su ubicación se ha elegido un privilegiado lugar, el histórico entorno que rodea el Museo Nacional de Escultura.

La escultura «Óvalo con puntas» (1977) abre la muestra. A partir de ahí, los bronces del escultor británico jalonan la calle Cadenas de San Gregorio «estableciendo así un diálogo con el edificio del museo y sus grandes colecciones», expuso el comisario, recordando la manera que este gran maestro de la escultura tuvo de relacionar la creación modernista con el tradicional arte europeo». De esta manera, en busca de ese contraste, jalonando la entrada del museo, junto a la plateresca fachada, se reservan dos de sus trabajos más figurativos, «Figura reclinada en dos piezas» (1960), y «Formas conectadas reclinadas» (1969). Frente a ella, la obra más monumental, «Pieza de bloqueo» (1963-1964). Concluye el paseo una de las obras creadas en sus últimos años de vida, «Figura reclinada» (1982).

La exposición forma parte del programa «Arte en la Calle» de la Obra Social La Caixa, cuyo objetivo, indicó el director territorial Caiban en Castilla y León y Asturias, José Manuel Bilbao, es hacer accesible la cultura. La exhibición se podrá ver hasta el próximo 2 de abril y tendrá visitas dirigidas todos los sábados y domingos a las 12.00 de la mañana, así como otras tantas concertadas para los colegios.