Laura Farías, en uno de los talleres del espacio creativo «Manos Libres», en el CREE de San Andrés de Rabanedo
Laura Farías, en uno de los talleres del espacio creativo «Manos Libres», en el CREE de San Andrés de Rabanedo - ABC
Salud y Sociedad

Artes y palabras que integran

Asociaciones y entidades sanitarias trabajan para impulsar la inclusión desde el ámbito cultural, una herramienta para la mejora de muchos pacientes

Valladolid Actualizado: Guardar
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Dice la Constitución Española en su artículo 44.1 que los poderes públicos tienen la obligación de «promover y tutelar el acceso a la cultura», a la que todos los ciudadanos, sea cual sea su condición, «tienen derecho». Sin embargo, cada vez son más los proyectos en pro de este objetivo que parten de la misma sociedad. Hace unas semanas las jornadas «Cultura Diversa», impulsadas por la Consejería de Cultura y Turismo, daba cuenta de algunas de las iniciativas que trabajan en este sentido, como el espacio creativo «Manos Libres» o el programa de radio «Fuera de la Jaula». No son los únicos. Son varios los movimientos asociativos y entidades sanitarias y sociales que trabajan para avanzar en la llamada cultura inclusiva, que muchas veces sirve también como aliado en la mejora de la salud de sus usuarios.

ABC se fija en tres de ellos.

«No sólo les hemos dado una oportunidad, sino ganas de levantarse todos los días», apunta Laura Farías, que pese a estar al otro lado del teléfono casi se intuye su rostro de satisfacción. Esta especialista en Desarrollo Creativo es el alma de «Manos libres», un proyecto de Innovación Evolutiva y Desarrollo Creativo desarrollado en el Centro de Referencia Estatal (CRE) para la Atención a Personas con Grave Discapacidad y la Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia de San Andrés de Rabanedo (León). A través de la pintura, escultura y dibujo, entre otras artes, este programa trata de impulsar el proceso de empatía y autonomía de personas con una discapacidad severa. Hace cinco años que comenzó de manera «piloto». «Fue un exitazo y así se ha mantenido». En los grupos formados, Laura Farías fomenta el trabajo colaborativo. Es decir, «aplicamos las habilidades y capacidades de cada uno» para conseguir un objetivo común. Trabaja con personas que tienen desde parálisis cerebral hasta ataxia de Friedrich -una enfermedad neurodegenerativa-, esclerosis múltiple o que están padeciendo las consecuencias de un ictus. Conforme Laura Farías va trabajando con los usuarios de su taller, además de impulsar a que éstos desarrollen cuestiones de empatía -«tratamos de recuperar todo lo que vivieron en la infancia para que encuentren una motivación y, así, aumentar su autoestima»-, va detectando en ellos aquellas habilidades y capacidades que puede ayudarles a desarrollar, «a pesar de que no están en un estadio que sería el óptimo a nivel cognitivo».

Este lustro de experiencia ya ha dado sus resultados. En un estudio realizado en 2015 en el CRE de León se vio que la práctica constante en estos talleres por parte de las personas con ataxia de Friedrich había supuesto «un avance tremendo» en cuanto a la contención de su temblor de mano. «El control ganado con el pincel supone en la práctica que pueden llevarse la cuchara a la boca de manera más adecuada».

«El control ganado con el pincel supone en la práctica que pueden llevarse la cuchara a la boca de manera más adecuada»

Y la satisfacción y el «deseo de seguir» no sólo es por parte de los propios afectados, sino de sus familias, a los que según Laura Farías, se ve totalmente «motivados» y «emocionados», un bienestar «que se transmite». En el proyecto trabajan la técnica de animación conocida como «stop motion»; es decir, a través del dibujo, la pintura y la elaboración de figuras de plastilina construyen escenarios y personajes en tres dimensiones a los que luego darán moviemiento en el ordenador. «Hemos conseguido que personas con ceguera bilateral entregue su obra en un 80 por ciento terminada», explica orgullosa esta especialista, cuyo mayor deseo es dejar «una huella» en estas personas : «Si conseguimos mantener su brillo en los ojos es un avance. Tanto, como el hecho de sentirse útiles».

Proyecto «Iceberg»

Es lo que pretende también el programa «Iceberg». ¿Por qué un proyecto pasa a denominarse de la siguiente manera? Pues por la decisión del grupo de personas con problemas de salud mental de la asociación vallisoletana «El Puente», que cada lunes visita las instalaciones del Museo Patio Herreriano. Un simbolismo con la visión de la salud mental por parte de la sociedad y la realidad que subyace en un fondo que nadie observa. «Iceberg es un proyecto pedagógico de carácter creativo dirigido a personas que presentan algún tipo de malestar psíquico», explica Pablo Coca, responsable del departamento de Investigación y Educación del Museo Patio Herreriano, y quien trabaja con este grupo junto al técnico Óscar Reyero de la entidad Salud Mental Valladolid «El Puente».

Uno de los encuentros de la asociación vallisoletana «El Puente» en el Museo Patio Herreriano de Valladolid
Uno de los encuentros de la asociación vallisoletana «El Puente» en el Museo Patio Herreriano de Valladolid - F. HERAS

Según nos explica este enamorado del arte y comprometido con todo lo que tenga un componente social, «Iceberg nació como una respuesta a esta necesidad. Para ello se estableció una colaboración con la asociación «El Puente», con el fin de proponer un proyecto que ofreciera a algunos de sus miembros la capacidad de emplear las posibilidades que ofrece la expresión artística, en sus diferentes medios y lenguajes, en sus procesos de re-construcción personal». Y de esta forma, «el arte contemporáneo se convierte en una herramienta muy adecuada para ser utilizada en beneficio propio, dando, así, voz a un colectivo que ha sido silenciado tradicionalmente».

Uno de los resultados más visibles de este proyecto se ha materializado el libro de relatos ilustrados «Cuentos que contar», en cuya presentación contó con un padrino de lujo, el escritor Gustavo Martín Garzo. «Esta publicación da respuesta al déficit que, en muchas ocasiones, se presenta en algunas personas con malestar psíquico, como es la incapacidad de utilizar el lenguaje adecuado para expresar su propio relato personal. De hecho, la decisión de desarrollar esta publicación fue precisamente de algunos de sus miembros», explica Pablo.

A lo largo de los casi dos años que lleva desarrollándose este proyecto tanto Óscar Reyero como Pablo Coca han podido observar grandes avances en sus integrantes. «La activa participación en las diferentes propuestas, la riqueza de los debates que se generan en el espacio de trabajo, las originales respuestas ante los retos que surgen en el proceso creativo, son algunos de los numerosos aspectos que podemos destacar», concluyen. En definitiva, «Iceberg» tiene como objetivo la ruptura con los estereotipos y prejuicios sociales que recaen sobre este colectivo, protagonizado, en todo caso, por un grupo de personas que tiene bastante que expresar.

«Los profesionales tenemos que predicar con nuestro propio ejemplo. No podemos recluir a esta gente en el ambiente hospitalario, sino que tenemos que sacarlo a la calle porque la sociedad debe ser consciente de que esto forma parte de ella»

De lo mucho e interesante que estas personas tienen que contar son testigo también desde hace tres años las ondas radiofónicas, gracias al programa «Fuera de las aulas», desde el cual un grupo de personas con problemas de salud mental integrado en la Asociación Caleidoscopio trata de romper «tabús» sobre su dolencia, sirviéndoles, además, como plataforma «liberadora». «Lo que pretendemos es abrir la mente del resto de la gente», apunta Manu, uno de sus entregados locutores. El proyecto partió del Centro de Intervención Comunitaria (CIC) del Hospital Río Hortega de Valladolid, un servicio cuya filosofía es sustituir el tratamiento por el trato y la «socialización» de los males de la mente. «Los profesionales tenemos que predicar con nuestro propio ejemplo. No podemos recluir a esta gente en el ambiente hospitalario, sino que tenemos que sacarlo a la calle porque la sociedad debe ser consciente de que esto forma parte de ella», resume la psiquiatra Laura Martín, fundadora del CIC y también una de las «almas» de este proyecto ligado al movimiento La Revolución Delirante.

La persona, en primer plano

«Fuera de la Jaula» comenzó en Onda Verde en 2013, pero tras un casual encuentro entre la doctora Martín y el periodista Paco Alcántara el programa pasó a emitirse desde Radio Nacional de España, donde el mencionado informador se encarga de ayudar a los ya casi profesionales locutorse a preparar cada semana este espacio. Esta semana ha tocado entrevistar a Sebastián Murua, un psiquiatra argentino que ha compartido unos meses con el equipo del CIC, donde llegó recomendado por un amigo entusiasmado por su forma de tratar, «más humana y con la persona en primer plano».

Algunos de los integrantes de «Fuera de la Jaula» y el doctor Murua (3d), durante la grabación de un programa en RNE
Algunos de los integrantes de «Fuera de la Jaula» y el doctor Murua (3d), durante la grabación de un programa en RNE - F. HERAS

Durante la casi media hora en esta versión castellano y leonesa de «Radio Colifata» -así se presentaban para empatizar con su invitado- salen sin tapujos temas como la prescripción de medicamentos por conveniencia, el todavía uso de la contención física en psiquiatría o tópicos ligados a la locura. «¿Qué esperanzas hay en el año 2016 para gente como nosotros en cuestión de curación?», pregunta Carlos, que en este programa ejerce de moderador -suelen ir rotando-. «No creo que los medicamentos sean revolucionarios, sino que los revolucionarios son las personas que se encuentran, organizan y se proponen superar los problemas. La esperanza está en seguir juntándonos los que consideramos que otra salud mental puede ser distinta», responde el médico argentino.

Es lo que precisamente reivindican espacios como éste, que ha supuesto «un tremendo reto personal» a sus principales impulsores a la hora de «superar límites, timidez y sentirse más como persona», resume Mar, quien se ha incorporado recientemente a «Fuera de la Jaula», un proyecto que les ha ayudado a «salir del armario».

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