Educación

Aprendizaje y servicio: un efectivo modelo pedagógico

Un estudio en el que ha participado la Universidad de Burgos destaca las ventajas de una metodología que combina las metas curriculares con el apoyo a colectivos desfavorecidos

David Hortigüela-Alcalá, de la UBU, es uno de los profesores que ha participado en el estudio R. ORDÓÑEZ

P. Sedano

Reforzar la formación de los futuros profesores de Educación Física llevándoles a realizar parte de sus actividades prácticas con colectivos desfavorecidos de todo tipo supone una «mejora notable de sus aptitudes» y una ayuda a su formación. Así lo estima David Hortigüela-Alcalá, uno de los autores de un estudio de la UBU que refleja la influencia positiva del aprendizaje-servicio como metodología de enseñanza en estudiantes de esta asignatura.

El aprendizaje-servicio es un modelo pedagógico que combina las metas curriculares con servicios a la comunidad. Es una de las actividades que se han paralizado por la pandemia y se retomarán en cuanto sea posible. Hortigüela-Alcalá considera que es un modelo muy útil para los alumnos, a los que ayuda a ser más empáticos. Se han realizado experiencias en centros de refugiados, problemas cognitivos y colectivos en riesgo de exclusión.

Este modelo, aplicado en las universidades de Burgos, Granada y Jaume I de Castellón ha demostrado el efecto positivo que esta tipología de enseñanza tiene en alumnos que estudian para ser profesores de Educación Física. Para Hortigüela-Alcalá, los estudiantes aprecian este tipo de formación, que «mejora su capacidad para aplicar los conocimientos teóricos de esta asignatura troncal a contextos reales». También contribuye a reforzar en los alumnos los procesos de toma de decisiones y favorece su confianza a la hora de afrontar retos reales de resolución de problemas.

El estudio se ha llevado a cabo por los investigadores David Hortiguela-Alcalá, del Departamento de Didácticas Específicas de la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos; Oscar Chiva-Bartoll, del Departamento de Educación y Didáctica Específica de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universitat Jaume I; Antonio Baena-Extremera, del Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de Educación de la Universidad de Granada y Pedro Jesús Ruiz-Montero, del Departamento de Educación Física y Deporte de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte de Granada.

Aunque la experiencia de estos talleres lleva varios cursos desarrollándose, el estudio que avala su efectividad se ha realizado con una muestra de 181 estudiantes y se ha basado en un estudio cualitativo y cuantitativo de sus percepciones. En este caso, el programa de aprendizaje-servicio se realizó con niños con necesidades educativas especiales y se basó en 4 etapas: la experiencia concreta, con un contacto inicial con los niños; la observación reflexiva, en la que pudieron contrastar información e intercambiar opiniones entre ellos; la conceptualización abstracta, en la que profundizaron en los contenidos curriculares, uniendo los objetivos de aprendizaje con los de servicio; y la experimentación activa, con la ejecución de las tareas diseñadas.

Con más potencial

Para Hortigüela-Alcalá, otra de las ventajas de este modelo es que mejora la autoestima de los alumnos y les alienta a ajustar su comportamiento dentro del grupo de clase, aumentando sus competencias sociales y las habilidades de comunicación, claves después en el desempeño de sus tareas docentes. De hecho, estas «experiencias sociales exitosas» pueden ayudarlos a reajustar sus expectativas, a ser más conscientes de sus habilidades y a desarrollar mayor potencial para hacer frente a los problemas con el fin de lograr sus metas sociales. La empatía puede aumentar cuando interactúan con sus compañeros de clase y con los miembros de la comunidad involucrados en los programas, que les permiten mejorar sus niveles de sensibilidad hacia personas y colectivos con dificultades especiales.

El estudio concluye que el modelo es muy útil para mejorar la capacidad de los futuros profesores de Educación Física en el plano social, sobre todo en lo que se refiere a la habilidad para la interacción en situaciones reales. Los formadores de docentes podrían utilizar este método como una opción adecuada para la capacitación de profesores de Educación Física más eficaces.

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