Acor: más allá del azúcar

La fábrica de la sociedad cooperativa creará una planta de producción de bioplásticos en su sede de Valladolid

Una de las cintas de envasado de la cooperativa I. T.

I. T.

Existen diferentes productos que son prácticamente habituales en el día a día de las personas, ya sea porque los añadimos a nuestras comidas o porque existen dentro de los alimentos que consumimos. Uno de esos productos alimenticios es el azúcar, un alimento que conocen bien en la Sociedad Cooperativa General Agropecuaria Acor, ya que llevan desde 1962 en activo y que agrupa a más de 4.000 socios agricultores. Con presencia en diferentes sectores, como el de aceites alimentarios, biodiesel, distintos productos destinados a la alimentación animal (pulpa, melazas enriquecidas, harinas de colza y girasol) y energía eléctrica renovable, su buque insignia es el de la producción y comercialización de azúcar que obtienen, principalmente, de la remolacha, un sector al que respaldará más allá del año 2020, con unos ingresos mínimos de 42 euros por tonelada, según acordaron en su última Asamblea General de Delegados.

La cooperativa, lejos de acomodarse, además de continuar su trabajo en los sectores actuales en los que actúa, pondrá en marcha un nuevo proyecto para la producción de bioplásticos biodegradables «a partir de distintas materias primarias agrarias como jugos azucarados de remolacha», asegura el presidente de Acor, Carlos Rico.

Convenio con BIO-ON

Para ello, han firmado un convenio con la italiana BIO-ON, empresa tecnológica que ha patentado la producción de plásticos PHA, polímeros naturales obtenidos mediante la fermentación a partir de plantas ricas en almidones y azúcares. El acuerdo otorga a Acor la exclusividad para desarrollar la tecnología durante dos años y concede la explotación en exclusiva de la tecnología en España y Portugal durante otros 20. Sin embargo, la azucarera no quiere agotar el plazo y, de confirmarse en los próximos 12 meses los resultados del análisis económico, quieren aprobar el inicio de las obras en este 2019.

Acor ha destinado 70 millones en 12 años para mejoras

Esta iniciativa, que entra «dentro de la estrategia de la cooperativa por diversificar su negocio», tiene un «enorme potencial» que, según Rico, incorpora a Acor en un nuevo sector «con un futuro enorme a favor del medio ambiente». En este sentido, el máximo responsable de la cooperativa asegura que han comprado «un billete para poder subirnos a un tren bala», por el futuro que tiene esta iniciativa. Aunque desde la azucarera apuntan que el proyecto se estudiará para jugos de remolacha, la tecnología también podría utilizarse en otros cultivos como el sorgo azucarero, la patata, el trigo o el maíz, lo que puede dar «más alternativas de futuro al agricultor socio de Acor».

Planta de Acor en la localidad vallisoletana de Olmedo

Además de mirar al futuro, la sociedad se centra en gran medida en su campo original, el azúcar. Durante los últimos 12 años, la cooperativa ha destinado más de 70 millones a las mejoras y optimización de su proceso productivo en la azucarera de Olmedo. Según Rico, el importante volumen de inversión ha servido para «reducir los costes de producción» de la planta, hasta situarlos en «el mismo nivel que la media comunitaria».

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