El 80% de los pueblos de menos de mil habitantes no tiene banco ni cajero
Casi uno de cada seis habitantes de la región no tiene acceso a dinero en efectivo en su municipio
Ocho de cada diez municipios de menos de mil habitantes de Castilla y León no tienen oficina bancaria, pero tampoco un cajero automático. Ése es el panorama al que se enfrentan muchos de los pueblos de una comunidad duramente golpeada por la despoblación , donde el 15 por ciento de sus habitantes no tiene acceso a dinero en efectivo en su lugar de residencia, sino que tienen que desplazarse a otras localidades para poder disponer de ello.
Se trata de una cifra muy superior a la media española, situada en el dos por ciento, y que «sigue creciendo», según se ha constatado en unas jornadas celebradas por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada sobre la brecha financiera en España. Y el futuro tampoco es muy alentador en este aspecto en la conocida ya como la España vaciada. Se prevé que la población que no puede disponer de dinero en efectivo en su localidad «siga incrementándose» y, por tanto, colocando en situación de «riesgo por exclusión financiera» a más población, especialmente en los pequeños núcleos rurales , al tiempo que algunas entidades advierten ya a estos municipios de que «habrán de pagar para al menos tener un cajero automático», según las mismas fuentes.
En el mapa, más del 78 por ciento de los municipios de la región no cuenta con oficina bancaria, con datos a cierre de 2017, y una cifra absoluta de 1.767 poblaciones. Este dato se eleva hasta superar el 81 por ciento si se tiene en cuenta los pueblos de menos de 1.000 habitantes que no disponen de cajero automático. A pesar de ello, Castilla y León ha sido una de las comunidades que ha sufrido un menor impacto por el cierre de oficias bancarias en los últimos años, informa Ep.
«Exclusión financiera»
En concreto, entre el 2008 y el 2017 se cerraron 1.050 sucursales, un 34 por ciento del total y lejos del 44 en el que se sitúa la media española, pero con «grave riesgo» de incrementarse como consecuencia de los expedientes de regulación de empleo de la banca comercial, lo que se agudizará, vaticinan las mismas fuentes, en un escenario de recesión económica. Entre el 2008 y el 2017, el número de oficinas bancarias en España ha caído casi un 44 por ciento, con cerca de 20.000 sucursales menos . En 2018 se cerraron otras 1.695, lo que representa que finalizaron actividad más del seis por ciento de las sucursales en España en tan solo un año.
A nivel nacional, se estima que con el actual ritmo de cierre de sucursales bancarias en 2025 aproximadamente el cinco por ciento de la población española tendrá «muchas dificultades» para acceder al dinero en efectivo y cerca de tres millones de personas estarán «en grave riesgo de exclusión financiera», y con «notables consecuencias sociales y económicas».
La situación de las oficinas bancarias en el medio rural ha sido objeto de varios estudios en los últimos años. Así, el Instituto valenciano de investigaciones económicas (Ivie) ya alertó de que Castilla y León es una de las autonomías más afectadas. Según sus cálculos un 16 por ciento de su población, unas 392.000 personas, no cuenta con sucursal en su municipio y la brecha financiera es especialmente acusada en las provincias de Zamora, Segovia y Ávila, donde más de la quinta parte de la población tiene que trasladarse para poder acceder a una oficina bancaria. El escenario castellano y leonés contrasta con el de Murcia o Baleares, donde prácticamente todos los municipios tienen un banco o caja de ahorros.
En la Comunidad están además las provincias con menos sucursales, sin tener en cuenta a Ceuta y Melilla . Según el informe del Ivie, también con datos de 2017, es Soria la que se encuentra a la cola de España con 108. Le siguen Ávila, con 131; Segovia, con 132; Palencia, con 136 y Zamora, con 183. En el sexto lugar figura ya otra región, Castilla-La Mancha. En Toledo, 186 oficinas bancarias.
