Insulta, araña y muerde en un brazo a un presidente vecinal en Talavera de la Reina

José Luis Prado denuncia la agresión de un hombre junto al portal de su casa

Mordedura en el brazo derecho de José Luis Prado ABC

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A sus 72 años, José Luis Prado Jiménez es la segunda vez que tropieza en la misma piedra desde que es presidente, hace más de veinte años, de la asociación de vecinos «San Jerónimo» de Talavera de la Reina. El sábado fue agredido junto al portal de su casa, en el número 9 de la calle de Alonso de Herrera, por el mismo hombre que se le había abalanzado hace tres meses, también en la vía pública.

Así se lo contó al policía nacional que le recogió la denuncia el 15 de septiembre, después de haber pasado por un centro de salud para que le curasen y le expidieran un parte de lesiones, que adjuntó al atestado que este representante vecinal firmó en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.

«Te voy a matar»

El sábado, sobre las once y media de la mañana, José Luis Prado había salido de su casa en dirección a un bar próximo, donde había quedado con unos conocidos. Sin embargo, a pocos metros del portal de su vivienda le esperaba Emilio H. , padre del dueño de un bar en el casco antiguo situado a apenas 200 metros de la casa de José Luis.

El presidente de la asociación de vecinos del casco viejo de Talavera no le dirigió ni una palabra, siguiendo el precepto que le había dado una jueza tres meses antes. Pero, de manera repentina, Emilio le vociferó: « Te voy a matar, hijo de puta ». Una expresión que fue acompañada de puñetazos y patadas, de las que José Luis intentó defenderse, empujando a su agresor y protegiéndose de él con su brazo derecho. Emilio mordió entonces con saña el antebrazo de su víctima. De tal fuerza fue la dentellada que su autor se llenó la cara de sangre, según asegura un testigo . Además, Emilio arañó a José Luis en la cara y le persiguió a pie cuando el representante vecinal logró zafarse y huir hacia el bar Casco Viejo. «Al llegar a este establecimiento, se marchó porque vio que yo estaba con varios clientes», contó a ABC este lunes.

Arañazos en el rostro de José Luis Prado. El antebrazo derecho, vendado Abel Martínez

En su denuncia en comisaría, José Luis relató también que, cuando iba a subir en su vehículo para dirigirse a las dependencias policiales, se le acercó el hijo de su agresor y se colocó delante del automóvil. «¡Esto lo arreglo yo aquí ahora mismo!», asegura José Luis que espetó el hombre, de unos 30 años, en un tono violento. El representante vecinal logró abrir la puerta de su vehículo y entrar, con lo que evitó que pudiera llegar a agredirle también.

José Luis desconoce los motivos exactos por los que la familia de Emilio H. tiene tal nivel de animadversión hacia él . No obstante, en su denuncia ante la Policía Nacional, el representante vecinal hace constar que ha tenido algún enfrentamiento con Emilio H. por unas obras ilegales que la familia de este hombre realizó en el bar que dirige su hijo, en la calle del Arco de San Pedro, a unos 200 metros de la casa de José Luis, en el casco antiguo.

«Han proliferado los establecimientos de hostelería en el barrio, iniciativas que estamos apoyando porque están muy bien y están dando auge al casco antiguo», explica José Luis. «Sin embargo, además de hosteleros profesionales, está llegando verdadera chusma, que invierte poco pero ofrece copas hasta las tantas, con lo que la gente está en la calle. Ante esto, la asociación está cuidando que se mantenga la calidad de vida y se respeten los horarios y la normativa de ruido». Algo que a José Luis le está costando algún disgusto.

La juez: «Respétense»

El primer violento enfrentamiento que sufrió con Emilio H., hace tres meses, se saldó con unas amenazas de muerte, el cuello aprisionado y zarandeos por parte de esa persona, según el representante vecinal.

Sin embargo, esa historia se resolvió en la vista oral con una advertencia de palabra de la juez que juzgó el caso. «No tengo elementos de juicio —recuerda José Luis que les dijo la magistrada—. O los condenó a los dos o los absuelvo». Fue lo segundo. Y les previno: «Respétense». Pero ha vuelto a ocurrir.

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