Policía nacional por un día

Óscar Gómez, vecino de Carranque, salvó la vida de una mujer que se encontraba atrapada en su vivienda en llamas

Óscar Gómez será premiado este miércoles por Protección Civil

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Óscar Gómez Sánchez (Madrid, 1993) siempre ha querido ser policía nacional, aunque reconoce que ha sido «algo vaguete» con los estudios. Sin embargo, el pasado 3 de febrero se «jugó el pellejo» minutos antes de irse a la cama. Fue Fátima, su mujer, quien dio la voz de alarma. «Estaba en el salón y mi mujer fue a cerrar la ventana de la cocina» cuando oyó unos gritos . «¡Me quemo, me quemo!», se oía a lo lejos.

El joven, vecino de la localidad de Carranque (Toledo), salió a la calle y comprobó que de uno de los chalés próximos al suyo salía humo. Sin pensárselo dos veces, saltó la valla y entró en la parcela junto con otro vecino que estaba allí. Un perro de raza rottweiler merodeaba por las inmediaciones de la casa, aunque el animal estaba nervioso y no suponía ningún peligro para ellos. «Se me acercó y le acaricié. Estaba temeroso», recuerda.

El acompañante advirtió a Óscar de que entrar en la casa era peligroso. «Pero yo no me lo pensé», reconoce. Cogió dos cacharras de agua de ocho litros que encontró en la parte baja de la casa y, con ellas bajo el brazo, fue avanzando por el interior de la vivienda a medida que apagaba las llamas con el agua.

Siguiendo las voces de la mujer, Óscar fue abriendo puertas hasta que llegó al baño, donde corría el agua del grifo. En el dormitorio colindante, agazapada y asustada, se encontraba una mujer de mediana edad. « Estaba empapada y en estado de shock. Tenía hipotermía. La cogí y rápidamente la saqué de alli », explica.

Este rescate «premió» a Óscar con una neumonía. «Yo soy una persona sana. No fumo, ni nada... y era complicado que un catarro mal curado acabara en esto. Los médicos me dijeron que era probable que todo fuera consecuencia de la gran cantidad de humo que inhalé». Además, reconoce que, aunque en el momento del rescate no fue presa del miedo, luego no lo ha pasado nada bien. «He tenido miedo a la oscuridad y se me venían flashes de lo ocurrido aquella noche. La verdad es que lo he pasado mal».

«Soy una persona muy impulsiva; en situaciones de riesgo no me importa poner en peligro mi integridad física. No podía haberme ido del lugar pensando que allí había una persona que podía morir. No me lo hubiera perdonado jamás», admite.

Óscar no es agente de la Policía Nacional —como a él le gustaría—, trabaja en un taller de chapa y pintura, pero puede presumir de haber realizado «el servicio más importante de su vida». Una acción que será reconocida este miércoles con la imposición de la medalla de Protección Civil. «Este galardón es una recompensa a jugarme la vida por otra persona».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación