La vuelta al mundo de Nico Villafañe

El futbolista del CD Toledo habla cinco idiomas y ha jugado en 18 equipos de nueve países

Nico Villafañe, de 32 años, llegó al CD Toledo en este último mercado invernal ABC
Juan Antonio Pérez

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Como Phileas Fogg, el personaje principal de la novela de Julio Verne, el argentino Nicolás Gastón Viallafañe (Mar del Plata, 1988) también ha dado la vuelta al mundo. Villafañe, uno de los fichajes del CD Toledo en este último mercado invernal, habla cinco idiomas (español, inglés, portugués, italiano y griego) , gracias a que ha jugado en 18 equipos de nueve países distintos. El fútbol le ha servido de coartada para vivir varias vidas en una sola.

«La realidad es que desde muy chiquito me separé de mi familia y me mentalicé que viajar era mi vida. Ya fue un gran paso ir a Boca Juniors, porque Mar del Plata, la ciudad en la que nací, está a 400 kilómetros de Buenos Aires», cuenta a ABC. Junto con su hermano mellizo Santiago, otro emigrante del balón que jugó en el Real Madrid Castilla, Nico estuvo en la cantera de Boca entre los 13 y los 21 años.

«Fue increíble. Hoy uno le da muchísimo más valor a esta escuela. Me enseñaron de todo y me hicieron recorrer el mundo jugando torneos», afirma. En Boca coincidió con una generación de buenos futbolistas: Éver Banega, Juan Forlín, Óscar Trejo, Nico Gaitán, Lucas Pratto o Facundo Roncaglia. Llegó a jugar amistosos con el primer equipo, pero no en partido oficial.

De allí saltó a Italia, al Figline, «una experiencia muy linda. Tenía como entrenador a Moreno Torricelli, un histórico de la Juventus, y el capitán era Enrico Chiesa, uno de los máximos goleadores de la Serie A». Después a Brasil, al Olaria, donde debutó en Primera División, se enfrentó a Ronaldinho y disputó una semifinal contra Botafogo ante 50.000 espectadores.

Con San Marcos de Arica (Chile) ABC

Y la ruta siguió en Chile, «los mejores años de mi vida, deportivamente» . Jugó en San Marcos de Arica y Santiago Morning. Con los primeros «ascendimos a Primera División después de 30 años y la ciudad aún nos recuerda; un plantel histórico». En 2013 aterrizó en España, en el Atlético Sanluqueño: «Fue hermoso, hermoso. Conocí Andalucía. Me encanta la cultura española, la comida, la gente. Siempre nos han tratado de maravilla». 

Grecia «la considero mi segunda casa». Estuvo seis años repartidos en seis equipos (Panachaiki, Episkopi, Panelefsiniakos, Sparti, Asteras Vlachioti, Ierapetras, Diavolitsiou y Fokikos) y «al aprender el idioma se me hizo mucho más fácil la estancia, el poder relacionarme con la gente». Al lado está Chipre, «un país chiquito, en el que hace calor todo el año y que ha crecido muchísimo». Se desempeñó en el Zakakiou, el único equipo en el que tuvo una segunda etapa, en Primera División y «contra equipos muy fuertes, que competían en Champions League».

Venezuela fue su experiencia más difícil. Jugó en Estudiantes de Mérida, «uno de los equipos más grandes, un histórico que normalmente lleva a 20.000 personas a la cancha». Sin embargo, debido a la dictadura de Maduro, «no se podía salir a la calle, era muy peligroso, así que tuve que rescindir contrato. Allí corría riesgo la vida de uno» . En cambio, Australia es «uno de los mejores países del mundo en calidad de vida». En el Cooma Football Club «me tocó hacer muchos goles y era un lugar en el que seguir en el aspecto familiar-deportivo, pero el tema de papeles es mucho más difícil».

Con Estudiantes de Mérida (Venezuela) ABC

«Es como despertarnos en un cuento»

Y, por último, Toledo. «Surgió la oportunidad (a través del director deportivo, Luis Jaime Puebla, y de «amigos en común») y ni lo dudé. Estoy muy contento. Vivo en el casco histórico con mi mujer, que también es argentina, y mi hija, Siena, que tiene año y medio. Es como despertarnos en un cuento, es una ciudad hermosa», relata.

En el aspecto deportivo, su mejor posición es la de «interior izquierdo», aunque «puedo jugar de extremo, de enganche o de doble cinco». «Se está trabajando al máximo nivel, hay una plantilla de muchísima calidad, muy superior a lo que es la categoría. Creo que tenemos un plantel muy parejo, de 22 ó 23 jugadores. Los últimos resultados no se nos dieron, pero creo que con trabajo el equipo va a andar muy bien», augura. En el «Salto del Caballo» la próxima parada es el ascenso.

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