Luis Casimiro, historia de un viaje interminable

El entrenador manchego suma 700 partidos en la Liga ACB, el cuarto que más, y este verano decidió probar suertge en el Promitheas Patras, su primera experiencia en el extranjero

Luis Casimiro durante un partido con el Promitheas Patras, el equipo griego por el que fichó este verano ABC
Juan Antonio Pérez

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Hace dos miércoles, a media tarde, Luis Casimiro Palomo Cárdenas (Villamayor de Calatrava, Ciudad Real, 1960) llegó por fin a Patras, la tercera ciudad más grande de Grecia y con 4.000 años de historia sobre sus espaldas. A las 7:15 horas había salido de un hotel al pie de los Alpes franceses para montarse en un autobús con dirección a la frontera suiza. En Ginebra se subió a un avión cuyo destino era Atenas, y allí nuevamente otro autobús para recorrer más de 200 kilómetros hasta el que ha sido su hogar desde verano.

El viaje se parece bastante a su trayectoria como entrenador de baloncesto. Antes de recitar la lista de ubicaciones en las que ha trabajado, conviene coger aire: Puertollano, Almodóvar del Campo, Don Benito, Lugo, Gandía, Alicante, Salamanca, Gijón, Manresa, Cáceres, Valencia, Valladolid, Fuenlabrada, Madrid, Málaga, Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria y Zaragoza. Además, de Alicante, Valladolid, Fuenlabrada y Málaga se fue y volvió.

Esta temporada, a sus 61 años, fichó por el Promitheas Patras, la primera experiencia en el extranjero. «Se pusieron en contacto conmigo, me demostraron que me querían y me acabaron convenciendo. En esos días estaba pasando las vacaciones con mi hija, que también me animó a dar el paso. Últimamente ella, que ahora tiene 22 años, está siendo clave a la hora de tomar las decisiones », explica a ABC por teléfono.

«He tenido mucha suerte»

El entrenador manchego suma 700 partidos en la Liga ACB, el cuarto que más, por detrás de Aíto García Reneses, Pedro Martínez y Manel Comas. «He tenido mucha suerte y me ha ido muy bien desde que empecé. No me ha faltado trabajo. Solo hubo un año de paréntesis, en el que hablé con un equipo de Italia y con dos de Argentina. De hecho, estuvo muy cerca de salir lo de Argentina, pero enseguida me llamó otra vez un equipo de ACB y me quedé», explica.

Luis Casimiro cuenta que Patras es «una ciudad muy viva, donde hay mucha gente en la calle; y mucha gente joven porque hay muchos estudiantes. Una ciudad mediterránea, muy similar a lo que puede ser el sur de España. Mi casa está cerca del pabellón y, por tanto, tengo mucha calidad de vida. Estoy encantado».

Sobre la liga griega añade: «Es divertida y atractiva si sacas a Olympiakos y Panathinaikos , que están muy por delante del resto. Hay que estar alerta todos los partidos porque son igualados. Es una liga más física, en la que se permite más contacto. Y creo que está evolucionando otra vez para volver a ser potente a nivel europeo». Pero resta dramatismo al temido infierno de las canchas helenas: «A mí me gusta que haya esa pasión. Lo percibo más a la entrada y la salida del pabellón, donde hay policía al estilo de los antidisturbios; pero al empezar el partido te olvidas del público».

Una imagen con solera: es el equipo juvenil del club local de Puertollano de la temporada 1981-1982; es decir, hace 40 años. Luis Casimiro, con el chándal amarillo, solo era un poco más mayor que sus jugadores, pero ya ejercía como entrenador ABC

Aquel pluriempleado

Cuando Luis Casimiro era un veinteañero y tenía esa energía que se le presupone a la juventud, estaba pluriempleado en Puertollano. «Entonces no había profesores de Educación Física suficientes. Los que salían de INEF iban a institutos, a enseñanza media. Había que cubrir esas vacantes y el Ayuntamiento tenía a una serie de monitores, entre los que me encontraba, que se dedicaban a dar clases de Educación Física en los colegios. Iba de uno a otro. Y en las horas no lectivas también daba clases de baloncesto a chavales», recuerda.

Además, en el club local ejercía de jugador-entrenador en Segunda división. Y así fue hasta que Vicente Buendía «me motivó para que me centrara en ser solo entrenador». Probó suerte y el resto es historia. Luis Casimiro es el único técnico que ha ganado las ligas EBA, LEB y ACB. Su mayor éxito llegó en 1998, cuando debutó en la máxima categoría con el TDK Manresa y ganó el título entre el alucine general.

Preguntado por el secreto para seguir en la élite después de tantos años, responde: «Cuando entrenaba en Puertollano o en Almodóvar del Campo, lo vivía al cien por cien, sin ninguna aspiración de llegar a ningún sitio. Y todavía tengo nervios antes de un partido y me cabreo mucho cuando las cosas no salen bien».

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