Fernando Alarza va segundo en las Series Mundiales y en los Juegos de Río es un claro aspirante a medalla
Fernando Alarza va segundo en las Series Mundiales y en los Juegos de Río es un claro aspirante a medalla - ABC

Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016Fernando Alarza: «Al terminar una prueba nos quitamos cinco años de vida»

El talaverano es uno de los mejores del mundo en una disciplina que aúna tres deportes (natación, ciclismo y atletismo) y que lleva el cuerpo humano al límite

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Fernando Alarza (Talavera de la Reina, 1991) forma parte de una generación de triatletas que hacen de España la primera potencia mundial. En 2010 Alarza fue campeón mundial en categoría júnior y en 2013 subcampeón mundial en categoría sub-23, pero ha sido en las dos últimas temporadas cuando, definitivamente, se ha hecho un hueco entre los mejores del mundo. El año pasado fue quinto en las Series Mundiales y este año marcha segundo. Una medalla en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro sería, además de un sueño, la consecuencia del buen trabajo realizado.

—¿Por qué el triatlón?

—Porque era un deporte que me llamaba muchísimo la atención. Llevaba años nadando y acabé un poco cansado de la piscina.

Quería buscar una nueva motivación y el triatlón me enganchó desde el principio. Luego dio la casualidad de que me llamaban para concentraciones y se me daba bastante bien. Cuando tenía 16 años empezó como un reto personal y, mira, se ha acabado convirtiendo en mi profesión.

—¿Qué hacía hace cuatro años, cuando se disputaron los últimos Juegos?

—Pues verlos en casa. Es verdad que podía haber estado en los Juegos de Londres, pero tuve mala suerte con un accidente de bicicleta en el que me rompí la clavícula durante el período de clasificación para los Juegos.

—En muy pocos años se ha convertido en uno de los mejores triatletas del mundo. ¿Le ha sorprendido su propio rendimiento?

—Sí es verdad que estaba completando muy buenos entrenamientos. Cada semana Omar (su entrenador) y yo prácticamente estábamos buscando el límite, ver hasta dónde podíamos llegar, pero plasmar eso en la competición puede ser complicado. ¿Sorprendido? Quizás sí lo esté por la regularidad. El triatlón es un deporte en el que hay mucho nivel y el objetivo que teníamos, más allá de resultados, era ser competitivos en todas las carreras y estar metido en la pomada.

—¿Cuál de la tres partes se le da mejor: la natación, el ciclismo o el atletismo?

—Intento que se den las tres muy bien (risas). Me gusta mucho la carrera a pie y quizás sea en la que más me gusta sufrir.

—¿En cuál de las tres se sufre más y cómo hace para engañar al cerebro cuando va al límite?

—El triatlón se resuelve en la carrera a pie y ahí es cuando llega ese momento de engañar a la cabeza. El cuerpo te va dando señales de parar, pero tienes que seguir y seguir. Yo utilizo pensamientos positivos y cuando vas en un grupito, luchando por ganar la carrera, la gente va igual que tú y gana el que mentalmente es más fuerte.

—¿El deporte es sano a este nivel?

—Buena pregunta (risas). Tenemos una broma entre algunos triatletas en la que cada vez que terminamos una prueba decimos: «Ya nos hemos quitado cinco años más de vida». El deporte es saludable, pero el de competición tarde o temprano pasará factura, sobre todo con el tiempo. Cuando tienes 50 ó 60 años tu cuerpo es un reflejo de lo que has hecho de joven y si has «maltratado» al cuerpo pues seguro que tendrá sus consecuencias. Pero al final disfrutamos con esto.

—¿Cuántas horas entrena?

—Unas seis o siete diarias prácticamente los siete días de la semana. Ahora para preparar los Juegos solo descanso una tarde, normalmente la del viernes. Todos los días nado y corro, pero la bicicleta solo la cojo cinco días porque es lo que más fatigado te deja.

—La baja de Javier Gómez Noya, ¿les carga con más presión a usted y al resto de los españoles?

—Su baja es un palo para nosotros, pero estuviese o no cada uno íbamos a hacer nuestra carrera. Sí que puede afectar un poco al espectáculo de la prueba. A mí me motivaba competir contra él, poder ganar al mejor de la historia era uno de los objetivos que tenía.

—Aunque sea un deporte individual, compiten bajo la bandera de un país. ¿Estaría dispuesto a sacrificar una medalla para que la ganara otro español?

—Es un deporte individual y no hay ninguna orden de equipo. Si llegara a Brasil y me preguntaran si me sacrificaría por alguno, tendría clara la respuesta: no. Yo voy a hacer mi carrera y tengo las mismas opciones que los demás. Sacrificar una medalla por hacer de gregario después de tanto tiempo de trabajo no sería lo mejor.

—¿Por qué España es tan buena en triatlón?

—No lo sé, quizás se hacen las cosas muy bien en este deporte. También somos unos privilegiados y en España tenemos durante todo el año un clima bastante bueno para practicarlo. Incluso la mayoría de triatletas del norte de Europa suelen pasar el invierno en zonas costeras españolas. Luego, por parte de las federaciones hay muchos programas de captación de talentos que están funcionando muy bien.

—¿De qué vive?

—Los mejores del mundo nos movemos por patrocinadores, por los premios económicos que dan en las pruebas de las Series Mundiales y, en el caso de los españoles, por la ayuda que tenemos de la becas ADO. Sin eso ni siquiera podríamos costearnos los viajes para las pruebas del campeonato del mundo. (Por finalizar quinto el último Mundial, Alarza recibe 7.500 euros cada trimestre de beca ADO; la suya es una beca de nivel medio).

—Un pronóstico para los Juegos.

—Espero que muy bueno. Conseguir una medalla, y me da igual el color, estar en cualquier cajón del podio. Lo que no me gustaría es quedarme con un sabor agridulce por no haberlo dado todo en competición. Si me quedo con la sensación de haber dado el máximo, estaré contento.

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