Irene Sánchez-Escribano sufre una fractura en el pie izquierdo y se pierde los Juegos Olímpicos

La atleta era la única deportista de Toledo capital, junto con el portero de balonmano Gonzalo Pérez de Vargas, que iba a competir en Tokio

Irene Sánchez-Escribano ha sido seis veces campeona de España de 3.000 metros obstáculos y dos de cross ABC
Juan Antonio Pérez

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Horrible noticia, de esas que parten el corazón no solo a la protagonista sino también a toda la ciudad. La atleta Irene Sánchez-Escribano, única deportista de Toledo capital que iba a disputar los Juegos Olímpicos, junto con el portero de balonmano Gonzalo Pérez de Vargas, sufrió el martes una fractura en el pie izquierdo y se quedará sin competir en Tokio. Ella misma fue la encargada de anunciarlo este miércoles a través de un mensaje en las redes sociales.

La lesión se produjo mientras entrenaba. «Sentí un chasquido en el pie, repentino, sin previo aviso», explicó. Las pruebas médicas indican que sufre «una fractura diafisaria del segundo meta del pie izquierdo». O lo que es lo mismo, «una gran putada».

Sánchez-Escribano ha sido seis veces campeona de España en la prueba de 3.000 obstáculos (tiene una mejor marca de 9:27.53) y dos de cross. Además, tenía la miníma olímpica desde hace dos años. La toledana, que en agosto cumplirá 29 años, lleva varios años en la élite del atletismo. Ha participado en Mundiales, Europeos y hasta en los Juegos del Mediterráneo, por lo que los Juegos suponía el colofón a una brillante carrera.

El verano pasado, cuando se aplazó la cita olímpica debido al covid, se entretuvo en batir la mejor marca española en los 2.000 metros obstáculos (con un tiempo de 6:13.03), una distancia no olímpica, y prueba de su gran nivel es que ha estado nominada al premio a la mejor atleta española de 2020.

Este verano, como ya viene siendo habitual, volvió a ganar el campeonato nacional de 3.000 obstáculos en Getafe y ahora volaba a los Juegos en el «mejor» estado de forma de su vida. Su objetivo era, al menos, pasar una ronda y disputar la final. Sin embargo, una lesión en el momento más inoportuno hace que tenga que «despedirme del sueño olímpico a una semana de viajar a Japón».

Precisamente, hace unos días colgaba en las redes sociales un bonito mensaje referido a Tokio, acompañado de una fotografía de cuando era niña: «Todo un ciclo olímpico pensando en conseguirlo y por fin se va a cumplir. He encontrado esa foto que me regaló por el 2005 José Luis Carbonell, mi primer entrenador. Y es que me encanta el mensaje: ‘Las victorias no son producto del azar, sino del esfuerzo’».

Aquí el mensaje completo que publicó este miércoles, también en las redes:

«No me creo muy bien lo que estoy escribiendo todavía. Ayer entrenando, sentí un chasquido en el pie, repentino, sin previo aviso. Nunca he sufrido de esa zona, no es una lesión que me haya dado tiempo a cronificar o asumir como mía. Simplemente estaba corriendo en liso, sin vallas y mi pie izquierdo dijo basta. Sentí un ‘clac’. Después no he podido volver a plantarlo, desde ayer llevo muletas. Y hoy me han hecho una radiografía en la que se ve una fractura diafisaria del segundo meta del pie izquierdo. Eso es lo que tengo.

Así que, adiós Tokyo2020 y adiós Juegos Olímpicos. Solo puedo que es una gran putada, y perdón por la palabra, llegar hasta aquí y tener que despedirme del sueño olímpico a una semana de viajar a Japón.

Pero el deporte es así. Me lo he pasado muy bien preparándome para estar en la forma en la que estoy, que es la mejor de mi vida. Y con eso me quedo.

A curarme y a seguir, que como os podréis imaginar ya he llorado suficiente. Y aún me quedan lágrimas.

Gracias por el apoyo siempre».

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