El éxito del Villarrubia: molinos contra gigantes
Acaba de ascender a Segunda B por primera vez y es uno de los cuatro equipos de esta categoría cuyo municipio no llega a los 10.000 vecinos. El secreto es «trabajo, trabajo, humildad, trabajo y humildad»
El pobre Alonso Quijano, en su cuerda locura, vio gigantes donde solo había molinos de viento y, pese a las advertencias de su fiel escudero Sancho Panza, se lanzó a quemarropa contra ellos, saliendo malparado. Su espejismo es uno de los pasajes más famosos de «El Quijote», el libro con el que Miguel de Cervantes hizo universal a La Mancha.
Villarrubia de los Ojos está emplazado en esta comarca de eternas llanuras y sí, claro, tiene molinos de viento. Y algo más: un equipo de fútbol con el que pretende conquistar España luchando contra gigantes.
Acaba de ascender a Segunda B por primera vez en su historia. El próximo curso se convertirá en el municipio más pequeño de Castilla-La Mancha que ha jugado en la categoría de bronce y en uno de los cuatro de todo el territorio nacional cuya población no llega a los 10.000 habitantes (los otros son Guijuelo, Llagostera y Luanco). Obviamente, se trata de una cuerda locura.
«Lo que nos planteamos a principios de temporada era igualar o incluso superar los resultados de la pasada, que fueron muy buenos. Creo que lo hemos conseguido. Desde que acabó la primera vuelta cogimos el segundo puesto y ya no lo soltamos. En el ‘play off’ el objetivo era pasar cada eliminatoria», cuenta a ABC Javi Sánchez, de 35 años, el joven entrenador del Villarrubia que acaba de renovar su contrato y es uno de los grandes artífices del tremendo éxito. «Es un trabajo de muchos años al que ahora se ha puesto la guinda con el ascenso», añade José Francisco Labrador «Repi», que lleva cinco años como director deportivo.
A 16 puntos del líder
En 2008 el Villarrubia estaba en Segunda Autonómica, la categoría más baja en Castilla-La Mancha. En solo tres años consiguió otros tantos ascensos y se plantó en Tercera División, donde ha jugado las últimas nueve temporadas con un balance excelente: en siete de ellas quedó entre los seis primeros. El año pasado se clasificó por primera vez para los «play off» al ser cuarto, pero cayó en la primera eliminatoria contra el filial del Almería, que le ganó los dos partidos (1-4 y 3-1).
Esta temporada el Villarrubia fue segundo en Liga, a 16 puntos del intratable Socuéllamos. En los «play off» pasó por encima de Coria (1-1 y 1-0), Bergantiños (2-0 y 2-1) y Alcobendas Sport (2-3 y 2-0). «Creo que hemos competido muy bien fuera de casa, solo hemos perdido un partido en todo el ‘play off’, y en nuestro estadio no hemos encajado ningún gol. Hemos llegado al final en el mejor momento», explica el entrenador.
Sánchez desvela un detalle quizá menor, pero que habla de la buena salud del vestuario: «Nos juntábamos cada lunes a comer y a disfrutar del sorteo hasta que ya no hubo lunes para juntarnos porque conseguimos el objetivo». Mientras, el director deportivo cree que el secreto del éxito es «trabajo, trabajo, humildad, trabajo y humildad».
Ahora «la idea es mantener un bloque alto de jugadores, en torno al 50 por ciento, y a partir de ahí fichar para crecer y mejorar porque la competición que nos viene es otra historia», adelanta el entrenador. «Está claro que la nueva categoría exige que el presupuesto aumente notablemente», razona Repi, sin concretar números. El director deportivo también dice que aunque «la federación todavía no se ha puesto en contacto con nosotros», el club «ya ha hecho saber al ayuntamiento» su intención de hacer obras en el modesto estadio para acomodarlo a lo que exige la Segunda B.
Por otro lado, el Villarrubia ha iniciado una campaña de abonados en la que hay diferentes opciones: 250 euros para los de categoría oro, 150 euros el carné general, 130 euros los jubilados, 90 euros los jóvenes y 40 euros los niños.
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