El big data que todo lo sabe

Francisco Pascual y Eusebio Angulo, dos profesores de Informática de la UCLM, utilizan la estadística avanzada para analizar los partidos del Veszprém, uno de los mejores equipos de balonmano del mundo

El toledano Jorge Maqueda es una de las estrellas del equipo húngaro Telekom Veszprém
Juan Antonio Pérez

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El big data es el Gran Hermano que todo lo ve, que todo lo escucha, que nos vigila de forma silenciosa y nos conoce mejor que nosotros mismos. Es nuestro móvil, que nos tiene siempre ubicados; es Amazon, que nos recomienda qué comprar; es Netflix, que nos dice qué serie o película ver y, por supuesto, es Facebook o Instagram, a los que no podemos engañar sobre quién nos gusta en realidad.

El deporte tampoco escapa al big data. El Manchester City de Pep Guardiola acaba de contratar a un equipo de cuatro astrofísicos porque «un entorno futbolístico basado en la física es un lugar para aprender a través de la simulación y para poner a prueba los conceptos tácticos», ha explicado Brian Prestidge, director de tecnología del City Football Group.

Y Francisco Pascual y Eusebio Angulo, profesores de la Escuela Superior de Informática de Ciudad Real en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), han creado el proyecto Bidea (Balonmano, Investigación y Desarrollo de Estadística Avanzada) para «dar un soporte a los entrenadores mediante un análisis previo, durante y después de los partidos».

La estadística avanzada «te permite un entendimiento del juego que ofrece ventajas competitivas y que algunos han conseguido aprovechar para mejorar su rendimiento o para fichar jugadores como, por ejemplo, el Sevilla de Monchi », afirma Pascual, que aparte de informático se considera un simple aficionado al deporte. Mientras, su compañero Angulo alterna la universidad con los entrenamientos en el BM Pozuelo, equipo femenino de la División de Honor Plata. 

«En la NBA son pioneros en la aplicación de algoritmos. En cambio, el balonmano está mucho menos desarrollado. Se trata de un deporte muy dinámico, en el que hay jugadores que solo defienden y otros que solo atacan, donde no se para el reloj, y todo eso es bastante complicado para la captura de datos», expone Angulo.

Su compañero añade que «hay métricas que miden lo bien o lo mal que funciona el equipo cuando un jugador está en pista». Y cuenta el caso real del español Juancho Hernangómez, que fue cortado por su equipo de la NBA porque «las estadísticas decían que era de los peores jugadores en este apartado». « Nosotros perseguimos valorar a ese jugador invisible, el cual cuando está en pista su equipo funciona mejor » , añade, aunque admite que «hay cuestiones como el liderazgo que son difíciles de capturar». 

«Nuestro papel no es el de sustituir al entrenador, sino ayudarle en la toma de decisiones, dándole un nuevo punto de vista que hasta ahora no se conocía. Y creo que en un año como este en el que el estado físico puede variar tanto, debido al coronavirus, aún les puede ayudar más», insiste Angulo.

El proyecto Bidea surgió durante el confinamiento, fruto del vínculo de estos dos investigadores con Imanol Álvarez y Álex Nogués, entrenadores del Bera Bera, equipo de la Liga Guerreras Iberdrola. «Ellos nos aportaron los datos y el software que necesitábamos para seccionar los partidos en todas las posesiones y separarlo en defensa y ataque. Yo también empecé a utilizarlo en mi club, y después se interesaron el Quabit Guadalajara, de la Liga Asobal, y la federación de Castilla-La Mancha para tener un soporte en campeonatos de España y en las tecnificaciones», enumera Angulo.

Y «el colofón» ha sido el acuerdo con el Telekom Veszprém, equipo en el que se desempeña el lateral derecho toledano Jorge Maqueda. El equipo húngaro, que disputa la Champions League y es uno de los mejores del mundo, «ha hecho una aportación económica importante» a la universidad para que «sigamos investigando estos temas». El contacto se produjo a través de José Luis Pérez Poblete, «mi compañero en el Pozuelo y que estuvo con David Davis en Ciudad Real».

De 12 a 15 horas por partido

Davis, extremo izquierdo en aquel mítico equipo que juntó Domingo Díaz de Mera en el«Quijote Arena», es un entrenador de éxito que ha trabajado en Macedonia, Rusia, Egipto y ahora Hungría. «Estaba muy interesado en el proyecto. Le hicimos una presentación con un Power Point y fue todo bastante rápido. Hicimos la entrevista a mediados de enero y empezamos a trabajar ya en febrero», comenta Angulo.

Los dos profesores invierten de 12 a 15 horas en deshuesar los partidos del Veszprém. No solo analizan datos, sino que se fijan en otros aspectos más prosaicos como si el rival ha cambiado de entrenador o está muy afectado por el covid. Además, pretenden ampliar el proyecto a otros deportes. «Algunos modelos los hemos probado en baloncesto porque no es necesario tener un convenio con ningún club, ya que los datos están fácilmente disponibles y son de muy buena calidad», finaliza Pascual. 

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