De Toledo a Liverpool por «The Beatles»

La «beatlemanía» del toledano Diego Mendoza, una pasión que surgió por azar hace 31 años, le ha servido para viajar a la ciudad británica para hacer rutas turísticas ex profeso

Diego Mendoza, en una de sus excursiones por Liverpool Cedida

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Diego Mendoza Alejo (Toledo, 1975) debe su pasión por The Beatles a una confusión de su profesor de Literatura en 1º de BUP, José María González Cabezas . Un día en clase, el docente se equivocó al introducir el casete para escuchar los poemas de Antonio Machado interpretados por Joan Manuel Serrat. En su lugar, los alumnos oyeron la canción «I want to hold your hand», grabada en la otra cara de la cinta, y a Diego el tema le dejó huella. Estaba sentado en su pupitre y algo hizo clic dentro de su cabeza: «Me quedé preguntándome quién era ese grupo» . Corría el año 1988.

El chaval llegó a casa y preguntó a su madre, porque una madre todo lo sabe, por esos chicos británicos que se habían separado cinco años antes de que Diego naciera. «¡Ah!, habla con tus tíos; a ellos les encantan», respondió la señora Mari.

A Diego le costó un poquito que sus tíos, entre ellos «el Peluca» —por aquello del corte de pelo a lo Beatle —, le prestaran algunos discos. Ya con los vinilos en las manos, el chico los grababa en cintas como si fuera un bicho raro, porque «nadie en mi entorno los escuchaba».

La camiseta de Paul

Ahorró dinero para comprarse su primer libro sobre el grupo británico, que le costó «una pasta», y empezó a documentarse. También amplió poco a poco su discoteca en una época sin internet y en la que, ya con casi 20 veinte años, seguía sin conocer a nadie que tuviera ese gusto por The Beatles .

Hasta que coincidió en el Ayuntamiento de Toledo —otra vez el azar— con un chico que vestía una camiseta de Paul McCartney. En realidad, el seguidor de The Beatles era su padre, Pedro López, el primer admirador del grupo que Diego conocía en Toledo y con quien comenzó una relación de amistad que aún perdura.

Luego vinieron María Jesús Martín y Jesús Sanz, con los que ha vivido muchas «aventuras Beatles». Por ejemplo, en 2004 siguieron con su coche al de Paul McCartney en Gijón para saludarle. Aquella peripecia les valió para que al trío se le viera en el DVD que el cantante publicó más adelante. «Me encanta ver la reacción de mis fans», escribió luego Paul sobre esas imágenes.

Diego y Carmen Villoria, en «The Cavern» Cedida

Para entonces, Diego ya había pisado Liverpool por primera vez. Fue en 2002, en el festival Beatleweek . «Se me quedó grabado lo universal que son, con gente de muchísimas nacionalidades unidas por la música y el ‘idioma’ de Los Beatles». Siguió documentándose y viajando cada año a la ciudad británica, en la que hacía de guía para los amigos y familiares que le acompañaban. Su formación teatral como aficionado y su destreza en las rutas turísticas por Toledo complementaban las cientos de anécdotas que iba acumulando sobre los «cuatro melenudos».

La única oportunidad

En uno de esos viajes, en 2016, el azar también permitió a Diego conocer a la española Carmen Villoria, de Liverpool Mágico Tours, que realiza rutas en castellano . Esta salmantina le propuso viajar ex profeso a la ciudad británica para ser el guía de turistas ávidos por conocer la historia en español de The Beatles . Desde entonces, Diego viaja varias veces al año de Toledo a Liverpool solamente para hablar de lo que le apasiona en excursiones a pie cuya duración oscila entre 3 y 7 horas, según el paquete contratado.

«La mayoría de los turistas son personas de Latinoamérica que se emocionan y que lloran al ver los lugares de sus ídolos, porque para muchos será la única oportunidad en su vida de disfrutarlo», recuerda Diego, tocado con una gorra muy a lo «british», mientras se le ponen los pelos como escarpias.

Lo mismo le sucede cuando escucha al guitarrista Javier Moreno Roy, del grupo The Backties , porque toca «fielmente» los temas de The Beatles . Y aquí hace un paréntesis. «Empezaron con ese nombre en Casbah , un local de la madre del primer batería del grupo, Pete Best —matiza—. Ese lugar fue realmente la cuna de The Beatles ; luego se fueron a The Cavern ».

El guía agradece cada mañana aquella bendita confusión de su profesor, José María González Cabezas, curiosamente en un colegio católico de Toledo, Nuestra Señora de los Infantes. «¡Quién me iba a decir de pequeño que me estaría dedicando a hablar de Los Beatles!», exclama Diego, que se despide con un razonamiento: «Ellos ‘empiezan’ en The Cavern , un pub subterráneo que había sido una bodega de depósito de mercancías, y su último concierto es, paradójicamente, en una azotea del edificio. Todo un simbolismo de su carrera».

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