Coronavirus Toledo I En primera línea

«No van al entierro de su ser querido por miedo al coronavirus»

Ángel Pavón García, empleado de una funeraria

Coronavirus, última hora

Ángel Pavón García ABC

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Tiene la voz rota por «un catarro del tabaco». A un tris de jubilarse, Angel Pavón García (69 años) ya se ha tenido que proteger varias veces con una bata, una mascarilla y unos guantes para evitar contagios por el coronavirus COVID-19. «Nunca hasta ahora había tenido que tomar estas medidas por algo así -aclara-; solo en otras circunstancias, pero en casos judiciales».

Hace 30 años que trabaja en Nueva Funeraria, una empresa toledana de servicios fúnebres que, desde el estallido de esta crisis sanitaria, ha tenido que gestionar varios casos positivos en COVID-19 y otros que han resultado al final negativos.

Pavón, como es conocido en el sector, resalta la inquietud y la preocupación, «mucha» -subraya-, de las familias de los difuntos. Y destaca, por encima de todo, la entereza de esos padres, madres, hijos y abuelos que estos días han tenido que dar el último adiós a sus seres queridos en unas circunstancias sanitarias tan especiales. «El comportamiento de las familias es buenísimo, no ponen ninguna pega; son muy comprensibles en unos momentos tan difíciles», enfatiza un hombre que siempre está al pie del cañón.

Ahora en su empresa están estudiando tramitar la documentación de los finados a través del teléfono o por correo electrónico. Nueva Funeraria quiere evitar cualquier contagio. De los familiares y de sus empleados, que trabajan desde casa y dos de los cuales han realizado un curso especial por esta crisis sanitaria. «Los diez compañeros que hacemos los servicios estamos en nuestros domicilios; solo hay uno de guardia y nos avisa cuando nos necesita», relata.

Pavón es un hombre que sabe tratar con la gente porque ha trabajado de cara al público desde muy joven, primero en una farmacia más de dos décadas y luego en el extinto Hospital Provincial Psiquiátrico un corto periodo de tiempo que no llevó a un par de años.

«Correcto», contesta Pavón cuando se le habla de que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha limitado a diez personas la asistencia a velatorios debido al COVID-19. Pero la gente tiene miedo y también es consecuente con el alto riesgo de contagio que existe. «En varios casos no ha habido velatorios, los familiares no han ido al tanatorio. No velan a sus seres queridos por miedo al coronavirus. Quedamos con ellos en la puerta del tanatorio para acompañarlos al cementario o a la cremación», explica con tristeza.

Pero existen fotografías más terribles aún: «Hay familiares que no van al entierro ni a la cremación. Somos únicamente los empleados de la funeraria y los enterradores quienes acompañamos al difunto».

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