Los comerciantes y fabricantes de artesanía de Toledo lanzan un SOS

Piden ayudas urgentes y, por eso, se concentrarán el próximo martes a las 12.00 horas en la plaza de Zocodover, ya que sus ingresos bajaron un 92% en 2020

Julián Oliva, un comerciante de artesanía del Casco antiguo de Toledo, coloca una pieza en su tienda Fotos: H. Fraile
Mariano Cebrián

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Cuando Manuel Oliva Martín salió a mediados de los años 50 del siglo pasado de su Lagartera natal con rumbo a Toledo, llevaba en su maleta alguna tela con los bordados artesanales típicos de su pueblo. Pero también llegó cargado con mucha ilusión. En esa época, la capital toledana, aunque sumida aún en un periodo oscuro por la posguerra y la dictadura franquista, recibía ya a un buen número de turistas que visitaban la ciudad interesados por su esplendoroso pasado.

Esto es lo que llevó a este lagarterano a instalarse allí y comenzar con un negocio de productos artesanos y souvenirs en uno de los puntos más bulliciosos de Toledo, en cuanto a turismo se refiere. En la calle de San Juan de Dios número 1, esquina con la Plaza del Conde, justo en frente de la iglesia de Santo Tomé, donde está el más famoso cuadro de El Greco, «El entierro del Conde de Orgaz», y en el inicio del antiguo barrio judío, es el lugar en el que abrió su tienda. Un local que no ha cerrado sus puertas desde entonces, pero el 14 de marzo de 2020 cambió todo, cuando el coronavirus obligó a sus actuales encargados a echar el cierre ante la falta de turistas .

Ahora, Julián Oliva, uno de los herederos junto con sus tres hermanos del negocio desde el año 2000, tras pasar antes por las manos de su padre, desde 1986, echa cuentas para intentar de cuadrar los números, tras el varapalo que ha supuesto la pandemia en las dos tiendas que tienen. Así se lo cuenta a ABC mientras nos abre excepcionalmente las puertas de una de sus tiendas para mostrar sus productos, entre los que destacan el damasquinado, las espadas , los cuchillos, las armaduras y, como no podría ser de otro modo, la mantelería con bordados de Lagartera que otrora trajera su tío abuelo Manuel.

«Estamos al límite», reconoce Julián Oliva, que asegura que el suyo es de los sectores «más afectados de la artesanía» porque llevan «desde marzo del año pasado a cero en cuanto a ingresos». Este comerciante critica tener que seguir pagando todo tipo de impuestos —incluso el de recogida de basuras o la ordenanza fiscal de aprovechamientos especiales y utilización de dominio público local—. Y los que son autónomos, como es su caso, tienen que seguir pagando además los módulos cada trimestre.

Todos estos negocios son empresas familiares y no tienen muchos empleados. En el caso de las tiendas de Julián Oliva, cuentan tan solo con dos contratados, que obviamente están en ERTE porque ahora no hay nada de trabajo. «Y, para más inri, las ayudas que están llegando son insuficientes», se lamenta. «Si nadie lo remedia —avisa—, muchos negocios como el nuestro pueden verse abocados al cierre o a la ruina porque muchos estamos teniendo que tirar de nuestro patrimonio personal para mantenerlos».

Algo que, de confirmarse, pintaría un paisaje aun más negro si cabe en el Casco antiguo de Toledo , donde ya se cuentan por decenas los comercios que han tenido que cerrar sus puertas durante la pandemia. «Esperemos que no», desea este comerciante, que lamenta las críticas que reciben muchas veces negocios como el suyo que viven del turismo. «A todos los que nos critican les diría que, si no fuera por locales como los nuestros, los edificios del barrio, ya de por sí antiguos, no se reformarían y estarían en ruinas o se caerían. Además, nosotros sí que invertimos en el Casco, no como otros que se han marchado», concluye.

Una situación de la que da fe el presidente de la Asociación de Comercio de Artesanía y Souvenirs de Toledo , Pedro Espinosa, que cuenta que desde el 14 de marzo de 2020, cuando se decretó el estado de alarma a causa del coronavirus, se suspendieron todas las actividades relacionadas con el turismo. «Las decisiones que han ido tomando las administraciones para frenar el avance del virus es lo que nos ha ocasionado una bajada de ingresos del 92% en 2020 y este año ha alcanzado incluso el 100%», subraya. Al temporal Filomena se unió a principios de enero la perimetración provincial primero y después de las comunidades autónomas por el ascenso de los contagios de la tercera ola de la pandemia.

Por este motivo, la actividad es nula en este sector, puesto que viven del turismo y a Toledo no llegan casi visitas, y más teniendo en cuenta que la mayoría de sus clientes son extranjeros —un 80%—, y el 20% restante de sus ventas son a turistas nacionales, que aún tampoco pueden llegar a esta región. «Si mañana se levantara la perimetración, podríamos comenzar a recibir clientes. No para ganar dinero, pero sí para empezar a cubrir un poco los gastos que estamos haciendo estos negocios», expresa el representante de estos comercios con una mezcla de esperanza y resignación.

Pedro Espinosa regenta desde hace 50 años, junto con su hermano, dos locales en la esquina de la calle Rojas con la de Alfonso XII, y aunque esporádicamente ha abierto las puertas de sus tiendas los fines de semana ante la llegada de los pocos turistas castellanomanchegos, lo hace más por amor propio que por las ventas en sí. Todo ello le lleva a vaticinar que el suyo «va a ser uno de los sectores que más va a tardar en salir de la crisis».

De hecho, según informa, de los 150 locales de este tipo que había en la ciudad han cerrado en torno a un 15 o un 20% y ahora no llegan ni a los 130, que dan empleo directo a unas 550 personas e indirectamente a 2.200. Pero esto pasa en todas las ciudades turísticas de España, donde hay contabilizados 8.000 negocios que dan empleo directo a unas 30.000 personas.

Sin ayuda por la CNAE

El presidente de la Asociación de Comercio de Artesanía y Souvenirs de Toledo se queja de que este sector no entre en el Real Decreto de ayudas del Gobierno de España. Esto se debe, apunta, a que la CNAE ( Clasificación Nacional de Actividades Económicas ) en el que se basan las ayudas es un «sistema arcaico». «Cuando nosotros nos damos de alta, nos asignan un código lo más afín posible a nuestra actividad, pero no nuestra actividad en concreto. De forma que los asociados aparecen registrados en otras actividades como ferreterías o tiendas de vestir, que no tienen nada que ver con lo que realizamos», explica.

Por eso, piden al Gobierno que no tramite estas ayudas como Real Decreto, sino como proyecto de ley, para que se puedan presentar enmiendas y no se quede fuera ningún sector, como el nuestro. «Reclamamos que hasta que nos hagan el CNAE específico, plateen alguna solución», ruega Espinosa, que recuerda que también llevan meses pidiendo en reuniones y por escrito a la Junta de Comunidades y a la Delegación del Gobierno de España que les ayude con esta cuestión.

La otra pata de este sector es la de los fabricantes, cuyo representante y presidente de Manufacturas Anframa SA , José Carlos Sánchez, afirma que la situación que están viviendo es «terrible». «Los comercios pueden abrir, pero nosotros llevamos un año sin recibir encargos ni suministrar mercancía a los clientes», dice este empresario, que tiene 20 empleados en ERTE.

En toda Castilla-La Mancha son unas 1.700 las personas que realizan este tipo de productos, lo cuales ahora no tienen casi ningún tipo de actividad y tienen sus negocios cerrados, tal y como informa el representante de los fabricantes. «Tan sólo hay alguna fábrica de espadas que está haciendo algún pequeño encargo, pero tenemos muchos gastos y cero ingresos», se lamenta José Carlos Sánchez .

Allí, este fabricante ha pasado su vida y ha invertido buena parte de su dinero en un negocio que ahora se enfrenta a un negro futuro si no reciben ayudas, algo que no es posible por el mismo motivo que los comerciantes, al no reconocerles su actividad en la CNAE correspondiente. «Pedimos créditos ICO del Estado y muchas subvenciones, pero al final nos estamos viendo obligados a tirar de nuestros ahorros y del patrimonio personal para hacerlo reflotar», expresa pesaroso José Carlos Sánchez. «Lo que queremos realmente -dice- es una solución ya porque nuestra situación es crítica». Por eso, se concentrarán el martes en la plaza de Zocodover a las 12.00 horas .

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