La carta de los estudiantes de Erasmus a la Policía local de Toledo: «Queremos pedir perdón por algo que no debía hacerse»

Uno de los 29 jóvenes sorprendidos en una fiesta en el casco histórico envía una misiva en nombre de sus compañeros

Extracto de la carta, que no lleva remitente

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Es la primera vez, en sus 16 años como policía local, que el oficial 143 recibe una carta de arrepentimiento de una persona que ha sido denunciada. Un joven dejó la misiva el martes por la mañana en la garita de entrada a la Jefatura de la Policía local de Toledo. Iba dentro de un sobre sin remitente.

«Somos conscientes de la gravedad de lo ocurrido, somos conscientes del peligro que ha podido representar la fiesta y estamos profundamente mortificados». Su contenido no da lugar a dudas. Se refiere a la fiesta en la que dos policías locales identificaron hasta 29 jóvenes la madrugada del 7 de junio . Sobre la una, unos vecinos avisaron de que había mucho ruido y trasiego de gente en una terraza de una vivienda de la calle Descalzos, en el casco histórico. Un chico abrió la puerta de la casa y permitió el acceso a la pareja de policías que acudió a la llamada. «Hemos llegado a ser 55», reconoció el muchacho.

En el domicilio los agentes encontraron muchas personas, más de las 15 permitidas en la fase 2 del desconfinamiento, en la que se encuentra la provincia de Toledo. Una estaba escondida en la nevera, otras debajo de las camas y en los armarios, mientras que algunos participantes salieron corriendo escaleras abajo. Uno llegó a huir por la terraza, subió a un tejado e intentó saltar a otra techumbre, pero el precipio bajo sus pies le hizo retroceder justo en el borde.

Los policías identificaron y denunciaron a 29 personas, estudiantes de Erasmus en su mayoría. «Creo y espero que los dos agentes presentes esa noche se hayan dado cuenta de que estaban tratando con chicos que eran plenamente conscientes del error cometido», afirma el remitente, que habla en nombre de todas las personas que asistieron a la fiesta.

«Somos estudiantes, hemos hecho grandes sacrificios, sobre todo nuestras familias, para estudiar en el extranjero, en una hermosa ciudad como la vuestra», continúa. «Por desgracia, el virus ha cambiado la vida de todos y nos ha limitado a todos en el ejercicio de esos hábitos que una vez, hace unos meses, representaban la normalidad», añade.

«Esta carta es sobre todo en nombre de personas como yo, que han tenido que permanecer lejos de su familia, de sus seres queridos, y se han enfrentado a una situación tan drástica y solitaria. El deseo de saludar a todas las personas que representaron nuestra familia, sobre todo durante este periodo, fue tan grande que hemos cometido un error como el de la fiesta», reconoce.

«Quiero reiterar que nadie allí es una mala persona; que todos nosotros hemos llorado a nuestros seres queridos que han fallecido por culpa del virus y que sobre todo nadie quería esto. Parece una locura, pero la idea era llevar una bandera española con firmas a casa», explica.

El remitente anónimo alude a una frase que le dijo uno de los agentes, «estudian pero no usan la cabeza», y reflexiona a continuación: «Un momento de inconsciencia que puede costarnos caro, algo estúpido que a veces hacen los jóvenes, pero que subrayo no quería de ninguna manera poner en peligro a nadie».

«Con esta breve carta sólo queremos pedir perdón por algo que no debía hacerse y también una excusa para los agentes que trabajaron esa noche. Esperamos que sabrán cuánto, de verdad, lo sentimos», finaliza la misiva.

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