Beatriz Villacañas - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHAs

Lugar para el reencuentro (52): El exultante gozo de la serenidad

Los poemas de Margarita Hernando de Larramendi son como piedras en un estanque que amplían la conciencia del lector

Beatriz Villacañas
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El exultante gozo de la serenidad: así comienzo esta entrega, con el título de un poemario de Margarita Hernando de Larramendi. Un poemario escrito en italiano (L’esultanza della serenità. Soggiorno pissano) y auto traducido al español, en edición bilingüe. La poeta, autora de poemarios como Las palabras perdidas (y otros poemas) y Las siete en Canarias (editorial Verbum), libro éste que tuve la satisfacción depresentar el pasado 18 de mayo en el Alcázar de Toledo, Biblioteca de Castilla la Mancha, es madrileña de nacimiento e italiana de adopción y concibe la poesía «como una vía de conocimiento, como una experiencia estética y filosófica al tiempo próxima a la sabiduría».

¿Por qué he escogido para titular este «reencuentro» el título de su poemario italiano en lugar del de otro poemario suyo o, simplemente, en lugar de otras palabras? Por una razón que no escaparía al lector atento de su obra: la mirada de Margarita Hernando de Larramendi es a la vez reflexiva y rica en emoción, pero, en su caso, en su mirada nueva («liberada de ideas preconcebidas», como ella misma afirma) y perceptiva, lo reflexivo y lo emotivo abren a puerta a la serenidad, a la aceptación gozosa y no pocas veces irónica de la vida.

Y esta serenidad reflexiva, emotiva, gozosa e irónica, y, asimismo, no exenta de auto ironía, habita en cada uno de sus poemarios. Los poemas de Margarita Hernando de Larramendi son condensación serena y mirada penetrante:

En medio del estrépito

las frutas y verduras

retienen el silencio. (Génova. Mercado central. Las palabras perdidas)

La poeta afirma alcanzar la serenidad concentrándose en lo bueno y en lo bello. «Y mirando las cosas como si las viera por primera vez».

Yo no siento el frío del agua de la poza.

Yo soy la poza.

Y soy feliz. (Plenitud. Las siete en Canarias).

Los poemas de Margarita Hernando de Larramendi son, efectivamente, como ella, en una entrevista, afirma querer que sean: son como piedras en un estanque que producen un efecto expansivo y amplían la conciencia del lector:

Tu soberbia agonía

Perpetúa la derrota del brazo que te hirió. (Galo moribundo. Lésultanza della serenitá)

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