Beatriz Villacañas, poeta
Beatriz Villacañas, poeta
ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Lugar para el reencuentro (37): El padre en la poesía española

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Como suele ocurrir, buscando entre nuestros papeles se encuentran otras cosas que habíamos, si no olvidado, relegado a uno de esos cajones de la memoria que raramente abrimos. Recientemente me ha ocurrido. Buscaba una cosa y encontré otra: el número 440, año 1970, de la ya mítica Estafeta literaria, dedicado a la figura del padre en la poesía española. Abre dicho espacio un artículo de Gerardo Diego con el título mencionado al que sigue otro de Luis Jiménez Martos, que titula el suyo «Poesía paterno-filial». Afirma Gerardo Diego que, por un lado, es menos tierna la relación de hijo a padre que la de hijo a madre y, por otro, «es también de más alta y arriesgada poetización».

Por su parte, Jiménez Martos expresa que «Poéticamente, hay en la lírica un muy visible predominio del matriarcado». No obstante, en poesía llega un momento en la vida del hijo (incluye Jiménez Martos también un apartado dedicado a «el padre desde la hija») en el que el padre toma presencia y se convierte en figura alrededor de la cual pueden darse diversos tonos que irían desde el extrañamiento hasta la admiración, pasando por el reencuentro y, en gran medida, un hondo y lacónico respeto.

Abunda en la poesía del padre el carácter elegíaco. No son pocos los ejemplos en los que el padre muerto aparece como ausencia y dolor para el poeta. Mas la orfandad es sentida a menudo no sólo como falta, sino como reconocimiento del hombre que fue héroe, del que fue hombre justo, del que fue hombre honrado. Testimonio esencial el de Jorge Manrique con sus coplas a la muerte del Maestre Don Rodrigo, quien mereció la dignidad/ de la gran caballería/ de la Espada. Otros testimonios son el de ese padre que No dejó más que amigos, de Guillermo Díaz Plaja, ese eras tan irrevocable y generoso que bastaba mirarte para/ saber que tenías que morir de una corazonada, de Luis Rosales. Cita La Estafeta, entre varios más, a Unamuno, Gabriel y Galán, Aleixandre, Leopoldo de Luis, Juan Antonio Villacañas, Leopoldo Panero, Jesús Juan Garcés, José Hierro, como poetas que han dejado testimonio del padre en la poesía. Desde mi propia orfandad, enriquecida con su magisterio poético y vital, cito los últimos versos del poema Última carta al padre, de Juan Antonio Villacañas:

Hasta la vista, padre. / Cuando baje esta carta al fondo de tus manos,/ léela como sabes, como la leen los muertos,/ y no pienses siquiera en la respuesta/ que nos darás un día.

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