CASTILLA-LA MANCHA

Oxígeno para una mujer de 100 años o la ayuda a una parturienta, milagros en Filomena

Los empleados de Geacam y los agentes medioambientales de Castilla-La Mancha han trabajado casi sin descanso para limpiar carreteras, trasladar pruebas PCR e incluso para salvar vidas

Miguel Fajardo, el agente medioambiental que llevó las bombonas de oxígeno a la mujer de Arguellite ABC
Mariano Cebrián

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Como ángeles de la guarda. Esta es la imagen que permanecerá imperdurable en la retina de mucha gente en Castilla-La Mancha de los trabajadores de Geacam (Empresa Pública de Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha) y de los agentes medioambientales tras el paso de la tormenta Filomena.

Miguel Fajardo y Juan Carlos Fernández son dos de los muchos profesionales movilizados con el Plan Infocam , puesto en marcha por la Junta de Comunidades a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, que durante estos días han trabajado y trabajan casi sin descanso para ayudar a los demás e incluso para salvar vidas.

En Arguellite, una pequeña aldea de la Sierra del Segura con medio centenar de habitantes, recordarán a Miguel Fajardo durante mucho tiempo, sobre todo en la casa de Ana Ojeda López, la mujer de 100 años a la que salvó la vida. Este agente medioambiental llegó el pasado jueves, durante los primeros envites de Filomena, hasta esa pedanía de Yeste (Albacete), donde se quedaron sin suministro eléctrico debido a la intensa nevada. La falta de luz hacía peligrar seriamente la salud de esta veterana vecina, que vive enganchada a un máquina de oxígeno.

Ante esta desesperada situación, la hija de la anciana llamó al servicio de emergencias 112 para alertar del peligro que corrían. «Fueron horas angustiosas porque casi no tenía batería en el teléfono móvil y no podíamos esperar a que nevara más», cuenta a ABC Ana Sánchez Ojeda, que vive con ella y la cuida.

Según explica, soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya estaban desplazados durante ese día en la comarca de la Sierra del Segura, una de las zonas más castigadas por el temporal de nieve, pero aun así las comunicaciones se hacían difíciles. «Gracias a Dios, la luz regresó a las horas porque la compañía eléctrica instaló un generador de gasoil para abastecernos, pero seguíamos sin oxígeno», relata.

Su llamada al 112 llegó hasta la centralita, que se puso en contacto con los servicios de emergencia de esta zona para que hicieran todo lo posible para atender esta acuciante reclamación. Es aquí donde entró en acción Miguel Fajardo, un agente medioambiental de 61 años que fue el encargado de hacer llegar bombonas de oxígeno suficientes a esta mujer centenaria. Este veterano profesional, con 40 años en este cuerpo, recorrió los 14 kilómetros que separan Yeste -la cabeza de la comarca donde se encuentra el centro médico- de Arguellite. Es una distancia que habitualmente se hace en 20 minutos, pero el viaje duró ese día una hora y media debido a la intensa nevada, con el tiempo en contra y, además, la premura.

«Allí llegué a las 15.30 horas y a las ocho de la tarde llegó otra partida de bombonas de oxígeno de la empresa de Albacete. De ese modo garantizábamos el suministro hasta dentro de unos días», recuerda Miguel, que señala que pocas veces ha visto algo igual al temporal que ha arrasado estos días varios puntos de Castilla-La Mancha. «Estoy a punto de jubilarme, pero tengo las mismas energías del primer día», asegura este agente mediambiental, que durante estos días ha tenido que hacer trabajos de todo tipo.

Aparte de hacer servicios parecidos para otras personas mayores de las aldeas de Plañel y Alcantarilla -otras dos de las más de una decena de pedanías de Yeste-, él y sus compañeros se han encargado de limpiar las calles y carreteras de la comarca para facilitar la circulación de personas y vehículos. Incluso, han tenido que trasladar a profesionales sanitarios y pruebas PCR durante estos difíciles momentos.

Vehículo quitanieves de la empresa pública Geacam ABC

Los agentes medioambientales y los técnicos de la Consejería de Desarrollo Sostenible, así como los trabajadores de la empresa pública Geacam, han adaptado con palas y cuchillas las máquinas y camiones de incendios forestales, además de llevar quitanieves, para afrontar las nevadas y heladas. Y también es el mismo personal que ha estado al pie del cañón con la emergencia sanitaria del Covid-19 desde marzo, con desinfecciones de edificios, plazas, tiendas, farmacias y residencias, sin dejar de atender en verano los montes en la campaña de incendios.

Son unos todoterrenos, como los vehículos que conducen, que llevan a sus espaldas tres emergencias seguidas: la de la pandemia, los incendios forestales del verano y ahora la de Filomena.

Por fortuna, el caso de Ana Ojeda López tan solo ha quedado en un susto y de momento, pese a su delicada salud, ha sido una testigo más del paso del temporal de nieve. Eso sí, tendrá que esperar todavía unos días para poder salir con su silla de ruedas a las calles de Arguellite porque, según relata su hija, «la nieve aún se acumula por el pueblo y, si no se limpia y se echa sal suficiente, va a ser intransitable».

Esa es la denuncia que ha hecho a las autoridades por redes sociales Ana Sánchez Ojeda, quien ha utilizado el mismo medio de comunicación para dar las gracias a todos los profesionales que les han ayudado estos días, como la UME, Geacam y los agentes medioambientales, entre ellos Miguel Fajardo, su ángel de la guarda.

Una embarazada escoltada por una autobomba

Un caso parecido es el que vivió también el viernes por la noche una mujer embarazada en Toledo que, a punto de dar a luz, tuvo que ser llevada hasta el hospital escoltada por una autobomba con pala de la empresa pública Geacam. Al volante del vehículo viajaba Juan Carlos Fernández, acompañado por su ayudante, su hijo. Los dos tuvieron que acudir hasta las proximidades de la Puerta del Cambrón para limpiar la nieve acumulada y abrir paso al coche de la Policía local que trasladaba a la parturienta.

«No sabíamos si íbamos a poder entrar por la Puerta del Cambrón porque la autobomba es muy grande y pasó muy justa», cuenta a ABC Juan Carlos, que también explica que en su camino hasta las urgencias del hospital Virgen de la Salud tuvieron que retirar varios árboles caídos al suelo por la nevada. «Lo que estamos viviendo estos días es de locura», subraya este veterano trabajador de Geacam de 59 años, que lleva más de 20 en esta empresa pública y que, pese a ser del municipio monteño de Navahermosa, dice que jamás ha visto tanta nieve en su vida.

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